Ecuador: Celebra Quito amplio programa como Capital Americana de la Cultura 2011
Ecuador. Declarada Capital Americana de la Cultura 2011, un título que le fue otorgado por el Buró Internacional de Capitales Culturales (IBOCC) en septiembre de 2010, cuando su centro histórico cumplía 32 años como Patrimonio de la Humanidad, Quito celebra a lo largo del año una serie de actos y celebraciones en cuatro etapas, que incluyen la promoción de su patrimonio, de su naturaleza y sus tradiciones.
La primera etapa -que transcurrió entre enero y marzo- tuvo como propósito posesionar la imagen de la ciudad cosmopolita; la segunda etapa, que se prolongará hasta junio, tiene como objetivo el difundir la idea de Quito como patrimonio artístico y religioso, y la tercera etapa, de julio a septiembre, tendrá como eje central el concepto de Quito verde, de aventura y naturaleza. La cuarta etapa - entre octubre y diciembre- estará encaminada a promocionar al Quito ancestral, festivo, cultural y popular.
Durante todo el año están previstos actos para resaltar las fiestas de la ciudad, de los difuntos y de Navidad. Bienales de danza, conciertos de música sacra, festivales de gastronomía quiteña, obras de teatro o recorridos nocturnos, entre otros, serán el colofón de esta celebración.
Quito es una ciudad de más de dos millones de habitantes, con un importante centro histórico que se suma a una variada oferta turística, que va desde aventura, deporte, religiosidad y arquitectura hasta costumbres y tradiciones.
El área colonial de la ciudad mantiene una estructura urbanística y arquitectónica espectacular. Cuenta con 4.000 edificaciones y más de 100 monumentos construidos en 320 hectáreas, que representan la expresión española del Medioevo fusionada con la tradición indígena de los pueblos que habitaron allí con anterioridad a la época colonial.
La Plaza Grande, también llamada de la Independencia, sigue representando el corazón fundamental de la capital ecuatoriana como en tiempos de la colonia; allí confluyen el Palacio de Gobierno, de estilo neoclásico con piedras incas en su base y custodiado por guardias con uniforme de gala; el Palacio Arzobispal, de piedra, ladrillo y madera, con sus características arcadas o portales; el Palacio Municipal, la iglesia del Sagrario y la Catedral metropolitana de 1565, con su espectacular fachada mitad de piedra, mitad encalada.
Las calles aún conservan su peculiar y sinuoso trazado, en donde los visitantes perciben la nostalgia de sus tradiciones y reviven los fantásticos efectos de sus leyendas que dan un toque virtuoso y mágico a Quito, que mantiene viva su expresión cultural y arquitectónica sin que los efectos de la modernidad le hayan cambiar.
Otro factor de gran atractivo y que le brinda el sello peculiar a la ciudad es el volcán Pichincha, sobre cuyas agrestes faldas se extiende la ciudad.
Para los visitantes extranjeros son muy llamativos los detalles que se han mantenido por más de 500 años y que reflejan el alma de la ciudad, como la Calle de las Siete Cruces, la Cuesta del Suspiro, el Arco de la Reina, la Plaza de San Francisco, la Ronda o la Calle de los Milagros, porque no es solo una exposición monumental, sino una estructura viva, donde la modernidad no ha anulado las formas tradicionales de ser de los quiteños, alegres, dicharacheros, ingeniosos, generosos y amantes de reunirse en una esquina para cumplir con un ritual básico de la vida en comunidad.
Otros lugares imprescindibles para empaparse de la historia de Quito son el Museo de la Ciudad, el Centro Cultural Metropolitano, el Convento de San Agustín, la Capilla Sixtina, el Museo Nacional de Arte Contemporáneo y el Museo de Cera.