El turismo, un negocio a riesgo en el Caribe por influencia del cambio climático

18 de Diciembre de 2007 5:13am
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Por: Jasmin A. Garraway, Directora de Turismo Sostenible de la Asociación de Estados del Caribe

Ha sido evidente por mucho tiempo la vulnerabilidad del turismo a riesgos, crisis y desastres. La historia de hecho, muestra que la industria se ve afectada por un rango muy amplio de eventos de todo tipo: biológicos, los provocados por el hombre, los tecnológicos y la ocurrencia de desastres naturales, los cuales quedan impresos en la mente de quienes se encargan del turismo en el mundo entero. El tsunami del 2004 en el Océano Indico dejó más de 3.500 turistas víctimas y un resultado total que sobrepasa los 280.000 muertos. A tal devastación se refieren ahora como "la más grande catástrofe jamás registrada en la historia mundial del sector".

Ninguna región del globo es inmune a riesgos por ocurrencias de desastres. El Gran Caribe, todos los años, es afectado por eventos de desastre en forma de tormentas tropicales y huracanes. La ubicación de los territorios hace que la vulnerabilidad a ciertos riesgos naturales sea inevitable. El Caribe se encuentra en el Océano Atlántico, una de las seis áreas en la Tierra donde los huracanes pueden desarrollarse cada año de junio a diciembre.

Por otra parte, varias de las islas del caribe oriental tienen origen volcánico. El único volcán submarino conocido en la región -"Kick ‘em Jenny"- coloca a Granada y al resto del caribe oriental en peligro de un tsunami, en caso de una gran erupción volcánica submarina. Muchos países en la región se encuentran cerca de placas tectónicas y el nivel de sismicidad se considera de moderado a severo; por consiguiente se enfrentan a amenazas de terremotos. Todos los países del Gran Caribe, hasta cierto punto, son vulnerables al impacto de riesgos geológicos y hidrometeorológicos.

En las últimas tres décadas, la región ha hecho un compromiso económico para satisfacer la demanda internacional para vacaciones de playa, proporcionando un producto turístico costero. El Banco Mundial estima que el desarrollo típico en el Caribe está localizado en la costa y está situado dentro de los 800 metros del nivel más alto del agua.

Sin embargo, se estima que la zona costera está en el área directa e inmediata de riesgo, dado que los huracanes y tormentas tropicales chocan con máxima fuerza en esta área, con la fuerza de viento probablemente la más destructiva. La zona costera se encuentra en área baja en las Pequeños Estados Insulares en Desarrollo, y como resultado, están expuestas a inundación costera por el deslave de las montañas.

A lo largo de décadas el impacto de tormentas tropicales y huracanes, ha sido significativo. En Antigua, el Huracán George dejó seis hoteles cerrados; 15% de las 5.800 habitaciones en la República Dominicana fueron dañadas. En San Cristóbal, 500-600 habitaciones se cerraron por un mes. Más recientemente, Huracán Iván, en el 2004, destruyó el 50% de los activos turísticos, con un impacto total estimado en el sector de EC$264.3 millones. En el período de enero a abril del 2005, llegadas turísticas de más larga duración declinaron en un 37% y el gasto por visitante en un 14%, en comparación con el mismo período en el 2004.

En el 2005, Wilma, la más fuerte tormenta Atlántica nunca antes registrada, destruyó Cancún, Cozumel y Playa del Carmen, mató a 7 personas y causó daños por $2.6 mil millones. Las olas de cinco a siete metros (tan altas como para alcanzar un tercer piso de muchos hoteles) chocaron contra la línea costera.

En agosto del presente año, en la región de la Costa Maya de Quintana Roo, donde el Huracán Dean tocó tierra como tormenta categoría 5, se declaró estado de emergencia e involucró la evacuación de más o menos 80.000 turistas.

El Huracán Félix golpeó la Costa Miskita de Nicaragua como tormenta de categoría 5, en septiembre, mientras el huracán Henriette golpeó directamente los centros turísticos de Cabo, en la península de Bala California, en México, enviando olas de 13 pies (4 metros) de altura chocando en la playa y matando a un turista que caminaba por ella. Asombrosamente, huracanes gemelos del Pacífico y Atlántico hicieron estragos el mismo día siendo una ocurrencia sin precedentes.

El impacto del huracán Noel en noviembre de este año en las Bahamas, fue noticia de primera plana por el millonario costo en este destino popular. Sin embargo, a pesar de la información de numerosos riesgos asociados con edificaciones en las orillas del agua, las plantas turísticas continúan construyéndose en áreas costeras de gran riesgo.

Una buena planificación turística tiene que determinar de pasadas experiencias cuáles son los enfoques óptimos de planificación física y para el manejo de una crisis que resulta del paso de un evento natural común, como lo es un huracán o un terremoto, o menos común, como un tsunami.

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