La cruzada de los cruceros en Cuba
Cuba. El inicio de la temporada de cruceros, con la reciente llegada a esta nación del MS Europe alemán, me hizo preguntarme, por enésima y no menos frustrante ocasión: ¿cuánto crecería nuestro turismo si el gobierno de Estados Unidos no impidiera a sus ciudadanos disfrutar de este destino?
Un dato para ilustrar: Cuba perdió en un año un millón 923 mil dólares cuando el Holliday Dream suspendió sus operaciones aquí, debido a un forúnculo legal llamado Ley Torricelli, que impide tocar puerto estadounidense por 180 días a los buques que hayan entrado a la isla.
Para colmo, el 95% del mercado estadounidense y el 85% del mercado mundial de cruceros son controlados por 12 grandes empresas agrupadas en la Florida Caribbean Cruise Association, y radicadas casi todas en Miami.
Por eso, actualmente los principales destinos en el Caribe son Cozumel y las Bahamas, mientras que Cuba permanece marginada y no por falta de propuestas competitivas, sino por el maldito bloqueo, que espanta a las compañías con capital estadounidense.
Está estadísticamente comprobado que el ritmo de crecimiento del turismo de crucero duplica al del turismo de estancia, y Cuba tuvo buenas experiencias cuando comenzó a explotarlo durante la última década del pasado siglo.
Y aunque la estela del 11 de septiembre de 2001 hundió a muchas de las pequeñas empresas que operaban en Cuba, el país logró recuperarse gracias a las 60 escalas de compañías de mayor calado, como la griega Sun Cruises, la alemana Seeturs o la italiana Festival.
A finales del 2004, la española Pullmantur Cruises comenzó sus operaciones con el buque Holiday Dream, usando a La Habana como puerto madre, y Cuba alcanzó poco después la cifra récord de 90 mil cruceristas, hasta que llegó el 2006 y el bloqueo asomó de nuevo...
Ese año la compañía estadounidense Royal Caribbean compró las acciones de Pullmantur, y la aplicación de las leyes extraterritoriales del bloqueo implicaron no solo la súbita pérdida de unos 12 mil cruceristas, sino que 230 tripulantes cubanos se quedaran sin empleo.
Ahora bien: solo por su posición geográfica, Cuba tiene todo el potencial para ser el primer destino turístico de los estadounidenses, y según estimados del United Status Trade Commission, unos 480 mil cruceristas de ese país podrían visitar Cuba de levantarse el absurdo bloqueo.
Pero eso será cuando se acabe el bloqueo… Entre tanto se acerca a La Habana el MS Europa, buque insignia de la Hapag Lloyd alemana, con 331 turistas a bordo, que vienen entusiasmados tras conocer el frenesí de Santiago de Cuba y los aires aristocráticos de Cienfuegos...
Tal noticia resulta tan alentadora como el anuncio hecho por la compañía británica Thomson Cruisestal, que adelantó que incluirá visitas a La Habana en sus tres cruceros de 14 días por el Caribe durante la temporada 2010-2011.
Y aunque todo eso suena bien… no puedo dejar de preguntarme, por enésima primera y no menos frustrante ocasión: ¿cuánto crecería nuestro turismo si el gobierno de Estados Unidos no impidiera a sus ciudadanos disfrutar Cuba?