México: El calentamiento global pone en riesgo la industria turística del Caribe

México. Los países en desarrollo y con escasos recursos para responder al calentamiento global, que tienen al turismo como principal o única fuente de divisas, están en grave riesgo económico por el efecto negativo del cambio climático en sus arrecifes coralinos, uno de los principales atractivos para los viajeros y barrera de defensa de las playas.
Federico Páez Osuna, miembro de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), advirtió que el Caribe mexicano, donde se encuentra el segundo sistema de arrecife más grande del planeta, se verá afectado de no contenerse el problema de la acidificación del océano.
Al participar en el Panel de las Academias de Ciencias sobre la Declaración de la Acidificación del Océano, el experto señaló que gran parte de la economía de la región caribeña descansa en el turismo y en el atractivo que representa la barrera de arrecifes, uno de los ecosistemas más vulnerables a la acidificación de los océanos.
Los mares juegan un papel muy importante en la regulación del clima y en el ciclo del carbono, captando al menos 25% del bióxido de Carbono (CO2) emitido por distintas fuentes antropogénicas. Sin embargo, al absorber este CO2 cambia su acidez y reduce la saturación de carbonato de calcio (CaCO3) en las aguas superficiales, donde se da la mayor parte de la producción oceánica, explicó.
Páez Osuna sostuvo que debido a que la acidificación de los mares es irreversible para nuestro periodo de vida y el de muchas generaciones futuras, la única forma de minimizar el riesgo es reduciendo las emisiones globales de bióxido de carbono que van en aumento día con día, para propiciar un cambio a largo plazo.
Ese incremento, advirtió, ha sido producido por la quema de combustibles fósiles, la agricultura y la deforestación, los cuales han hecho que la concentración atmosférica de CO2 sea hoy la mayor en los últimos 650.000 años.
Por ello propuso modificar el ritmo de consumo de los combustibles fósiles, considerar fuentes de energías alternativas y cuidar la producción de desperdicios, así como reflexionar sobre la producción individual de CO2.
En el panel participaron expertos de la Royal Society de Reino Unido, la Royal Society de Nueva Zelanda y el Consejo de Ciencias de Japón, así como de las academias de Ciencias de Canadá, Australia, Suecia, China, Brasil y México, entre otras instituciones.