Unión Europea: Aerolíneas ahorrarán 3.000 millones de euros con el "cielo único"

03 de Julio de 2008 1:46am
godking

Por: Miguel Elizondo

La industria aeronáutica subsiste angustiada por una obsesión: reducir el consumo de combustible, una partida que está disparada por el precio récord del petróleo -el barril de Brent vive instalado por encima de los 130 dólares- y este año va a suponer un tercio de los costes totales para las principales aerolíneas del mundo. Para ayudar a reducir el consumo de combustible en vuelo, la Unión Europea va a impulsar el denominado cielo único.

Actualmente, el espacio aéreo de la Unión Europea es un complejo puzzle. Cada Estado controla el cielo sobre sus fronteras. Los aviones han de pasar por unos puntos prefijados en cada ruta que poco tienen que ver con la línea recta. Esta situación multiplica las distancias de las rutas aéreas dentro de la región. En un vuelo entre Madrid y Fráncfort un avión recorre un tercio más de los kilómetros que realmente separan estas dos ciudades. Otro dato aún más significativo: por no ir en línea recta, Lufthansa vuela cada día 11 veces la distancia que separa Madrid y Nueva York de más.

Frente a esta situación, el cielo único propone rehacer las distintas zonas en las que está dividido el cielo europeo para simplificarlo y transformarlo en un modelo más flexible. Pasará de estar dividido en estados a estarlo en zonas, donde primará el volumen de tráfico y no la nacionalidad.

Previsión de British

El nuevo modelo permitirá a las compañías realizar rutas más directas que no pasen por los centros de mayor tránsito. British Airways cree que el cielo único europeo reportará unos ahorros de 3.000 millones de euros a las aerolíneas comunitarias. Las empresas presionan a la Comisión Europea para que acelere los plazos.

La entrada en vigor del nuevo modelo estaba fijada para 2020, una fecha que representantes de Lufthansa ven excesivamente lejana. Para la aerolínea alemana, el cielo único europeo tiene que ser una realidad en los próximos cinco años.

El balón está en el tejado de los políticos europeos. De su capacidad para llegar a acuerdos dependerá que las aerolíneas comunitarias reciban un importante balón de oxígeno en uno de los periodos más complicados de la historia reciente de la aviación comercial.

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