Coober Pedy, un destino bajo tierra
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por Gabriela Sánchez
En la ciudad australiana Coober Pedy se vive bajo tierra y no se trata de un cementerio. Las altas temperaturas de esta región desértica que sobrepasan los 50 grados obligaron hace algunos años a emigrar al territorio subterráneo. La también llamada capital mundial del ópalo, por la gran presencia de esta piedra en la zona, ha sido inspiración para películas y no es para menos. Su paisaje surrealista y su estilo de vida único la han convertido en uno de los destinos más llamativos para hacer turismo.
Sus orígenes se remontan a 1915 con el descubrimiento del óvalo, la cual atrajo a mineros de todo el mundo, los creadores, por demás, de la idea de construir viviendas subterráneas para evitar abrazarse y las constantes tormentas de arena. Las casas o dugouts que resultaron de la invención hoy son hogar de unas 3.500 personas y cuentan con un sistema de ventilación tal que ni siquiera requieren aire acondicionado, su única limitación es la escasez de luz solar. Luego, la misma idea derivó en la construcción de iglesias, hoteles, bares, museos y hasta una joyería.
Dormir en una mina y buscar gemas: Así es el turismo en Coober Pedy
La recomendación en este destino es alojarse en el famoso Desert Cave Hotel, por supuesto un hotel subterráneo cuyas actividades de ocio son explorar minas de ópalo y participar en excavaciones en busca de estas gemas preciosas.
Otros planes populares y muy próximos al hotel son las visitas a la Mina y el museo de Ópalo de Umoona, que permite aprender tanto sobre la historia de la ciudad como recorrer las antiguas excavaciones. Asimismo, la Iglesia Ortodoxa Serbia es otro imprescindible del destino. Entre sus atractivos figuran las paredes de arenisca decoradas con impresionantes tallados religiosos. Aunque, quienes busquen opciones más convencionales pueden disfrutar de un autocine en pleno desierto.
La cara menos feliz de la ciudad es la gestión de los recursos naturales como el agua. Ello implica que deba transportarse desde zonas más fértiles, haciendo de la adaptación en condiciones extremas un ejemplo de hospitalidad e ingenio.