Semáforos con luz blanca: El futuro de la movilidad urbana y el turismo en grandes ciudades
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por Gabriela Sánchez
Cuando hace unos meses se empezó a viralizar la noticia de la instalación de un semáforo de 4 luces en Madrid la incredulidad se apoderó de tantos que hasta algunos medios de comunicación lo catalogaron como bulo. Sin embargo, la iniciativa ya es una realidad. Tras su creación en la Universidad de Carolina del Norte, Estados Unidos, la luz blanca ha llegado a la capital española, concretamente hasta la avenida Paseo de la Castellana con la pretensión de revolucionar el tráfico urbano en 2025.
Aunque aún no se pone en marcha, la novedad ya está instalada y espera por la aprobación del nuevo reglamento de conducción autónoma de la DGT, una opción que a día de hoy no es legal en casi ningún país, pero que supone un futuro cercano en la movilidad.
Pero, ¿para qué sirve la cuarta luz?
Si “ya todo está inventado”, ahora a qué viene esto, dirán algunos.Y es que estos no serán semáforos tradicionales de luces roja, ámbar y verdes sino especializados en conducción autónoma. La luz blanca, incorporada en ellos, se activa cuando predominan los coches autónomos en una intersección. Por tanto, su función es permitir que estos vehículos gestionen el cruce, mientras los conductores de vehículos tradicionales simplemente siguen sus movimientos.
Según el estudio de la Universidad de Carolina del Norte, este sistema podría reducir los tiempos de desplazamiento entre un 3,2 % y un 94 %, dependiendo del tráfico, además de ahorrar combustible al disminuir los tiempos de inactividad de los vehículos.
Impacto en el turismo y las grandes ciudades
La incorporación de esta tecnología no solo busca mejorar la eficiencia del tráfico, sino que también tiene implicaciones significativas para el turismo en ciudades cosmopolitas como Madrid o San Francisco, pionera en la instalación. De manera que los visitantes, puedan experimentar una movilidad más fluida que se traduce en menos tiempo perdido. Asimismo, con su uso se estima una reducción de accidentes de tráfico, en tanto resultan los errores humanos el 90% de sus causas.
Por otro lado, al reducir la contaminación por gases y el consumo de combustible, ofrece un plus sostenible para las ciudades que adopten esta tecnología, a la que ya se habla de incorporar inteligencia artificial. Es así que responde a los esfuerzos de construir urbes inteligentes, haciéndolas más accesibles, sostenibles y atractivas tanto para residentes como para turistas.