Colombia: Cruceros usan el mar Caribe como vertedero

18 de Marzo de 2009 12:39am
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Colombia: Cruceros usan el mar Caribe como vertedero

Colombia. Aunque en informaciones registradas por agencias internacionales se dice que a kilómetros de las costas, bien adentro en el Mar Caribe, los cruceros están arrojando polvo de vidrio, andrajos y empaques de cartón, acto que está prohibido, en este país no sucede lo mismo.

Y aunque muchos países respetan una disposición de las Naciones Unidas por la cual los desperdicios sólidos de un barco deben ser eliminados en tierra firme, las islas del Caribe no aceptan esa norma porque dicen que no están en condiciones de procesar esos desperdicios en tierra. Además, temen a que los barcos atraquen en otros puertos menos regulados.

Según el Capitán de Fragata, Víctor Daniel Hurtado, capitán de Puerto de Cartagena en todas las ciudades costeras del país y del mundo rige el Marpol, un convenio internacional para prevenir la contaminación generada por los buques, en el que se establecen las regulaciones que deben cumplir las embarcaciones cuando salen a navegar.

“Este documento nos permite establecer si los navegantes están cumpliendo o no con las normas contempladas para el tratamiento de aguas residuales, de lastre, basuras, desechos de sentina y emisión de gases, entre otros. Cada vez que estos llegan a los puertos se verifica que estén dando cumplimiento a lo pactado allí”, explica el Capitán.

En promedio 370 buques de carga internacionales llegan mensualmente a Cartagena.

El Capitán de Puerto dice que de acuerdo a sus conocimientos, no se ha tenido ninguna novedad respecto de las normas que deben cumplir, razón por la que pone en duda que los cruceros que entran a las costas colombianas contaminen el mar, pues asegura que muchos de estos cuentan con incineradores de desechos y que otros compactan la basura y la dejan en los puertos para que la empresa de aseo la recoja. Versión que sostiene el Almirante Jorge Cadena, de la agencia marítima Caribbean Shipping.

Él explica que los cruceros que llegan al Puerto de Cartagena cuentan con sistemas de última tecnología que permiten que al interior de los mismos se le dé un tratamiento adecuado a los residuos sólidos y aguas aceitosas y grises. Los que no cuentan con estos sistemas descargan en los puertos o muelles.

MÁS QUE TODO ES FALTA DE CONCIENCIA

El Capitán de Puerto explica que aunque existen una gran apatía entre los humanos por conservar el medio ambiente marino y terrestre está seguro de que la mayoría de los desechos encontrados en el fondo del mar provienen de las ciudades y zonas costeras donde las mismas comunidades se encargan de arrojar cualquier cantidad de basuras a los cuerpos de agua. Reconoce que en las costas de Cartagena hay presencia de hidrocarburo, pero esto hace parte del uso que se le da en las estaciones de servicios, en los hogares y establecimientos comerciales donde los echan por las alcantarillas, cuyas aguas van a parar en: un 60 por ciento a la Ciénaga de la Virgen y un 40 por ciento al mar.

La Organización Marítima Internacional de la ONU prohibió en 1993 verter basura en el Caribe, un mar mayormente cerrado en el las islas impiden que las corrientes se lleven la basura al océano Atlántico. Pero la norma no entrará en vigor hasta que suficientes islas de la región informen que están en condiciones de tratar los desperdicios de los barcos.

La mayoría de las islas no lo ha hecho. La ONU dispuso la medida para proteger áreas vulnerables al tráfico de barcos o con una ecología delicada. La medida ya rige en el Antártico, el Mar Báltico, el Mar del Norte y el Golfo Pérsico, y entrará en vigor en el Mar Mediterráneo en mayo.

CONSECUENCIAS

Los ambientalistas dicen que los desperdicios arrojados al mar pueden atrapar a criaturas marinas, perjudicar la calidad del agua y alterar los ecosistemas, pues crean hábitats para organismos oportunistas. Ignorar la proscripción, por otra parte, puede traer aparejadas consecuencias para el turismo, pues los desperdicios pueden terminar en las playas.

En las Islas Caimán, el Gobierno determinó que botellas de leche que aparecieron en la playa provenían de un barco. “Si uno tira las cosas al mar, tarde o temprano esos desperdicios van a regresar a tierra”, declaró Jeff Ramos, oficial de la Guardia Costera estadounidense basado en Curazao.

En el Mediterráneo, las autoridades dicen que las naciones costeras son muy sensibles al tema de los desperdicios y no han resistido la medida que prohíbe usar el mar como vertedero.

“El tema de la basura de los barcos está muy bien documentado, al menos en nuestra región”, declaró Lilia Khodjet El Khil, de la división del Mediterráneo del Centro de Respuestas de Emergencia a la Contaminación Regional Marina, con sede en Malta.

NADA AL MAR

Según las regulaciones para el Caribe, los barcos pueden comenzar a deshacerse de la basura, incluidos metales, vidrios y papel, a cinco kilómetros (tres millas) de la costa, siempre y cuando sea picada y las partículas no sean de más de 2,5 centímetros (una pulgada). Casi todo lo demás, con excepción del plástico, puede ser arrojado a 40 kilómetros (25 millas).

Pero si se aprueba la prohibición de la ONU, no se podrá arrojar nada al mar, no importa que tan lejos se esté de la costa, con excepción de comida, que podrá ser tirada a cinco kilómetros (tres millas).

Las islas caribeñas no logran fijar una política común debido a las rivalidades derivadas de su competencia por el turismo. La llegada de los cruceros son un acontecimiento económico relevante, pues los pasajeros dejan unos 1.500 millones de dólares anuales en los puertos. Los gobiernos no quieren espantar a los barcos fijando restricciones.

En un ejemplo notorio, la empresa Carnival dejó de hacer escalas en Granada, en 1999, a raíz de un impuesto de 1,50 dólares por cabeza para pagar por un vertedero.

La mayor parte de los barcos afiliados a la Asociación Internacional de Cruceros (Cruise Lines International Association) han dejado de arrojar desperdicios sólidos al Mar Caribe, según una declaración del organismo.

Indicó que algunas empresas tienen a bordo incineradores, trituradores y programas de reciclaje, y generan mucho menos desperdicios no reciclables que los hoteles en tierra.

La cantidad de basura que llega a la costa ha disminuido marcadamente en los últimos 15 años, de acuerdo con Allen Chastanet, ex presidente de la Organización Caribeña de Turismo.

Y “hay una resistencia a recibir basura de otros, lo que llaman la 'basura de los países en desarrollo”', expresó Corbini. “Hay un estigma asociado con esa basura”.

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