Comunidades costeras del nordeste de Brasil consolidan red de turismo comunitario

30 de Julio de 2012 9:24pm
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Comunidades costeras del nordeste de Brasil consolidan red de turismo comunitario

En 2008, doce comunidades costeras del estado nordestino de Ceará se unieron para luchar contra la especulación inmobiliaria, defender sus territorios y organizar el turismo que deseaban tener en sus villas, un movimiento que dio origen a la Rede Tucum, en la cual se integran hoy 13 comunidades que constituyen una referencia en el turismo comunitario en Brasil.

En el mismo año, el Ministerio de Turismo del país sudamericano creó el programa de Apoyo al Turismo de Base Comunitaria. Desde entonces se han invertido más de R$10 millones en el desarrollo de 42 proyectos.

Durante la reciente conferencia Río+20, representantes de la Red Tucum participaron en la discusión del documento “Turismo y Futuro”, que defiende otro modelo de turismo basado en la comunidad, con una lógica opuesta al modelo de desarrollo turístico-inmobiliario y de especulación financiera que amenaza el territorio de los pueblos tradicionales.

Representantes del sector turístico y de las universidades federales estuvieron presentes en el encuentro que consolidó la moción, entregada a la ONU junto con el documento político final de la Cúpula dos Povos, elaborado durante las Plenarias de Convergencia organizadas por ONGs y movimientos sociales en la importante reunión mundial.

Camila García, representante de Terramar, una de las entidades que apoya institucionalmente a la Red Tucum, habló acerca de la experiencia de la articulación y de la importancia que el turismo comunitario tiene para las poblaciones receptoras. “Este tipo de turismo posibilita, por medio de intercambios culturales, la gestión del territorio por las comunidades tradicionales, además de dinamizar las actividades productivas”, explicó.

La Red Tucum permite al turista una experiencia única de contacto con la naturaleza y estilo de vida comunitario. Dependiendo del destino elegido, el visitante acompaña el trabajo de los pescadores en alta mar, así como la pesca de las mujeres en los manglares, a la par que vive las manifestaciones artísticas y populares de la región.

Por otro lado, se hospeda en hosterías comunitarias o en habitaciones dentro de las casas de los pescadores, conviviendo de cerca con la realidad local.

García destacó que “el turista que visita estas comunidades es aquel que busca un intercambio cultural, vivir una experiencia distinta. Es más, el turismo comunitario ha transformado a las comunidades, hemos recibido a turistas de un nivel cualificado, puesto que la comunidad elige a los turistas que quiere recibir”.

Leandro Fontoura, uno de los creadores del Proyecto de Turismo Comunitario dentro de la Vila do Aventureiro, Ilha Grande (RJ), también presente en el evento de Río de Janeiro, comentó que este tipo de turismo que parte de la iniciativa y organización de la propia comunidad es la alternativa para un turismo sostenible, que preserva el medio ambiente y a las poblaciones visitadas.

O Aventureiro, una de las únicas villas todavía predominantemente aldeana dentro de la Ilha Grande, es una Reserva Biológica con playas de color azul piscina, arenas blancas y casas sencillas.

El turista sólo puede acceder en barco o por senderos, hospedándose en campings y casas de pescadores. Por la noche, los generadores se apagan y los visitantes pueden disfrutar de la luz de la luna reflejada en las aguas. “De esta manera, el turismo le brinda la oportunidad a la comunidad de desarrollarse sin tener que abandonar su territorio y su cultura”, concluye Fontoura.

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