Costa Rica: Autoridades evalúan un decreto contra el uso en el turismo médico de terapias sin aval científico
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Costa Rica. El Ministerio de Salud valora actualmente la elaboración de un decreto para controlar que toda técnica médica que se aplique en este país esté avalada por organismos internacionales, una medida que busca evitar tratamientos que en otras naciones no están aprobados y por los que se podría cobrar bajo la denominación de “turismo médico”.
Según confirmó a La Nación la titular de esa entidad, María Luisa Ávila, la acción se toma tras una información publicada en este diario sobre la muerte de Mahir Mostic, un canadiense que sufría de esclerosis múltiple y que falleció meses después de someterse en la Clínica Bíblica a la llamada “terapia de liberación”, una técnica en fase experimental que aún no cuenta con el respaldo de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“Como el Colegio de Médicos, que debería regular la práctica profesional, aún no ha tomado decisiones concretas, estamos buscando la forma de hacerlo para no perjudicar ni a futuros pacientes, ni la imagen de Costa Rica en el campo de la salud”, agregó la Ministra.
Ávila dijo que el decreto podría estar listo en la primera semana de enero y controlaría todo tipo de prácticas médicas sin sustento científico. “Estas solo deben hacerse bajo protocolos de investigación y sin cobrar, una vez que la Asamblea Legislativa apruebe el proyecto de ley sobre estudios médicos en humanos”, añadió.
La Ministra señaló que “no van a tomarse medidas contra el médico ni contra la clínica porque el paciente firmó un consentimiento informado y sabía los riesgos a los que se exponía. Denunciar le corresponde a la familia, pero queremos regular esto para no sufrir consecuencias”.
La terapia de liberación se aplica para tratar insuficiencias venosas y permitir mejor flujo de sangre del cerebro al corazón. Consiste en introducir un catéter por la ingle y llevarlo a las venas del cuello para ensanchar las porciones angostas de estas. Está basada en la teoría del médico italiano Paolo Zamboni, que indica que las insuficiencias venosas favorecen síntomas de esclerosis múltiple, mal neurodegenerativo que provoca inmovilidad y discapacidad.
Mostic recibió la terapia en junio y no funcionó, por lo que pidió que le colocaran un stent (“resorte” que mantendría abierta su vena). Este favoreció la formación de un coágulo en octubre, y el paciente murió luego de que lo disolvieran.