Costa Rica y su lección de turismo sostenible para el Caribe
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En su proceso de búsqueda de un crecimiento sostenible en la industria del turismo que beneficie a empresas, gobiernos y comunidades y preserve los recursos de las islas, el Caribe podría mirar hacia Costa Rica y estudiar sus políticas en este campo, afirmó en Puerto España una experta que asistió a la Conferencia sobre Desarrollo Sostenible (STC-14).
Martha Honey, co directora del Center for Responsible Travel, en Washington DC, dijo que mientras el concepto de aplicación del turismo sostenible es relativamente nuevo en el Caribe, el país centroamericano lo adoptó en los inicios de la década de 1980.
“En un período de cinco años, Costa Rica era conocida como un destino ecoturístico”, destacó Honey durante la conferencia organizada por la Caribbean Tourism Organization en la capital de Trinidad y Tobago.
Recordó que la nación centroamericana se ganó una reputación y desarrolló su modelo de turismo ecológico “basada en sus propios recursos, en una fuerte clase media y en buenos servicios sociales, usando lo que ya estaba disponible en el país y capitalizando la ventaja que ofrecía un sólido sistema de parques nacionales, con énfasis en las comunidades locales”.
Según la experta, en las primeras dos décadas de desarrollo del modelo de turismo sostenible, Costa Rica se benefició con un incremento de 7% en los arribos turísticos y un alza de 14% en los ingresos por ese concepto.
“Ello significa que al adentrarse en el ecoturismo Costa Rica estaba ganando dos veces más que antes por cada turista, y a mediados de 1990 el sector era la principal fuente de divisas para el destino”, señaló Honey.
Pero no han faltado retos en el proceso. El boom del turismo ecológico en Costa Rica conllevó un boom del turismo en general y favoreció el desarrollo de resorts tradicionales, que a su vez disparó la competencia entre los grandes complejos vacacionales todo incluido y el sector más pequeño y fragmentado (sobre todo pequeñas y medianas empresas) orientado a la sostenibilidad.
Ese fenómeno hizo que en la última década se construyera alrededor de un centenar de resorts costeros en el país centroamericano.
“Es un caso único de desarrollo del ecoturismo y posterior auge del turismo convencional”, indicó. “Uno de los retos es cómo un país pequeño mantiene una imagen dual, tanto como un destino para el turismo masivo como un sitio para un turismo de menor escala, más exclusivo, basado en la naturaleza”.
Al respecto, consideró que para el Caribe la propuesta sería en reversa: pasar de un modelo tradicional a uno sustentable.
“La lección de Costa Rica es algo que debe mantener en mente el Caribe si quiere evolucionar hacia un modelo sostenible”, subrayó Graham McKenzie, director general de TravelMole y director en ResponsibleTravel.com.
En su opinión, en el caso de Costa Rica se ha comenzado a debilitar el modelo de turismo sostenible al permitir el rápido desarrollo de grandes resorts todo incluido en zonas costeras.
“El Caribe necesita mirar hacia Costa Rica y apreciar las buenas cosas que han hecho allí, y cómo atrajeron más visitantes y generaron una completa plataforma de marketing alrededor del turismo sostenible, y a la vez qué estrategias tomar más allá de abrirse a las grandes cadenas hoteleras que buscan explotar los recursos de la región” sin una visión de largo plazo, dijo.