Curazao, un paraíso no solo cultural y para el turismo, también para los negocios

12 de Diciembre de 2008 3:38am
godking

Fuente: Portafolio.com.co

Curazao. Actualmente crecen las oportunidades para los empresarios que usan este destino como puente para llegar a Europa, debido -entre otras cosas- a la dinámica turística y planes de negocios que han crecido en la isla.

Muchos de los ingresos económicos de la isla provienen de la de la imponente refinería alquilada en su actualidad al Gobierno venezolano, con capacidad para 320.000 barriles diarios.
En sus calles, que se asemejan a una paleta de colores, con casas de tonos pastel y techos pintados, se siente la calidez de su gente.

Realidad o ficción, las historias de Curazao dejan entrever la magia que predomina en esta isla caribeña, que tiene el encanto de su mixtura cultural, enmarcada en la historia de sus antepasados, en la época de la colonización y de la esclavitud y su herencia europea.

Son muchos los mitos y leyendas que se les escucha decir a los curazoleños, quienes hablan con orgullo de esta exótica tierra influenciada por la cultura holandesa.

Descubierta en 1499 por españoles y convertida en 1634 en colonia holandesa, la isla recibió, en su promisorio puerto, a esclavos africanos y familias judías de Amsterdam.

Curazao está ubicada en el mar Caribe a 42 millas al Este de Aruba y 35 millas al norte de Venezuela. Esta isla es la más grande de las islas ABC y de las antillas holandesas. Está fuera de la zona de peligro de huracanes, al igual que sus vecinas Aruba y Bonaire, las otras Antillas australes.

Al salir del aeropuerto internacional de Hato Curazao, transportados por la aerolínea holandesa Dae, (que hace un año se instaló en Colombia, como una compañía de bajo costo, con tarifas de desde 150 dólares) y recorrer sus calles aparece un impresionante paisaje.

Es una mezcla de mar azul turquesa y arena blanca y el centro histórico de la ciudad, que parece una pequeña réplica de Ámsterdam incrustada en el mar Caribe: coloridas casas de tonos pastel con pequeñas ventanas y caprichosos techos se ubican una tras otra a la orilla de la bahía la capital.

La ciudad está dividida en dos partes: Punda y Otrobanda, conectadas por el puente flotante bautizado con el nombre de la reina holandesa Emma, que se abre varias veces al día, para darles paso a los imponentes cruceros y barcos de carga que cruzan esta parte del mar.

Un paisa, de los más populares de la isla

Víctor Dapena, director general para Colombia de la oficina de turismo de Curazao, un paisa que durante más de siete años se ha encargado de promover el turismo hacia la isla, habla del lugar como si fuera curazoleño. Todo el mundo lo conoce en la isla.

Dapena explica que el sitio ideal para comenzar el tour en Willemstad es el puente de la reina Emma, pues desde allí se aprecia el encanto de la paradisíaca isla. "Cada vez que regreso, descubro algo nuevo en la calidez de sus habitantes y el hermoso paisaje que ofrece la ciudad. Esta isla es atractiva para los viajeros colombianos", anota.

Señala que desde el 2005 el número de colombianos que visitaron Curazao, Aruba, Bonaire y San Martín creció un 33 por ciento. "Si a esto se le suma que en estos lugares viven alrededor de 33 mil colombianos interesados en visitar sus familias o en invitar a sus familiares a sus lugares de residencia, es posible que para los años siguientes el turismo en estos sitios desde Colombia crezca mucho más."

Paraíso para los negocios

En el plano comercial en Curazao, también crecen las oportunidades para los empresarios que usan este destino como puente para llegar a Europa, debido -entre otras cosas- a la dinámica turística y planes de negocios que han crecido en la isla.

Su actividad económica no solo se concentra en el turismo, sino que muchos de los ingresos de su producto interno bruto también provienen de la imponente refinería alquilada en su actualidad al Gobierno venezolano, a la importante petrolera oficial PDVSA, con capacidad para 320.000 barriles diarios.

Por ejemplo, en el sector hotelero hay de todo 'como en botica', desde los más reconocidos 'resorts' hasta hoteles ecológicos forman parte de la gama hotelera que ofrecen sus instalaciones para una estadía de primera calidad.

Según estadísticas, allí residen en promedio unos 13.000 colombianos que han inmigrado a la isla en busca de un mejor futuro. Algunos trabajan en el comercio, la refinería y los hoteles, en diversos oficios.

En la zona conocida como Otrobanda también se encuentra el hotel Cura Hulanda, una combinación de hotel y museo. Florinda, una curazoleña corpulenta y agraciada con más de 50 años de edad, es la guía turística del lugar; ella narra con pasión los horrores que vivieron sus antepasados, cuando fueron traídos desde África como esclavos.

En el otro lado de la ciudad, en Punda, se puede observar el colorido centro histórico, decretado por la Unesco como patrimonio cultural de la humanidad.

Allí se alberga el mundo financiero y de negocios. También se puede divisar el único hotel más alto de la zona, con 14 pisos: el plaza hotel Curazao, además de encontrarse con uno de los hombres más altos de la isla, Henry Martijn, un ejecutivo calido y amable, que mide más de dos metros y medio.


También hay riqueza cultural

La isla guarda en sus rincones historias de los esclavos negros africanos y es esa riqueza cultural de los isleños la que más impresiona al turista. Allí se hablan tres idiomas: español, holandés e inglés, aunque la lengua de los isleños es el papiamento, una mezcla de español, portugués e inglés.

El nivel educativo es alto; en la isla está la Universidad de las Antillas, donde se educan la mayoría de personas de las demás islas.

Muchos de los curazoleños se han educado en Holanda. En esta isla no hay pobreza y tampoco se ve en las calles a la gente pidiendo limosna, ni vendedores ambulantes en las playas hostigando a los turistas.

La calidad de vida es buena y desde la camarera del hotel o el conductor del taxi, hasta las amas de casa, hablan más de un idioma.

Esta isla de gobiernos independiente, pero bajo la influencia de la corona holandesa, es hogar de 150 mil habitantes.

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