España: Arqueoturismo, caza y reclusión en monasterios, entre las nuevas opciones para vacacionar
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España. Más allá de la playa y la montaña, otros destinos y actividades se han ido sumando a la larga lista de opciones que marcan las actuales tendencias para vacacionar, entre ellas el turismo a destinos arqueológicos (con cursos y diploma incluidos), la caza mayor y safaris en sitios exóticos, el turismo ornitológico y hasta la reclusión espiritual en monasterios.
Sed histórica y placer por las vacaciones. Es una combinación que algunas agencias de viajes ya están intentando satisfacer a través de sus "recorridos a medida".
Orixà o Nuba ofrecen viajes a los típicos destinos arqueológicos (Perú, Siria o Egipto) con guías especializados y con la posibilidad de visitar yacimientos remotos. Pero en materia de arqueotursimo el pionero es el Museu Egipci de Barcelona. Desde su fundación, en 1994, se ha dedicado a programar viajes con una filosofía arqueológica. Todos los veranos, el Museu pone en marcha sus barcos-escuela por el Nilo.
"Los participantes van acompañados de un profesor universitario o colaborador, egiptólogo o arqueólogo; visitan lugares a los que no se va en los viajes organizados y los destinos más turísticos se les muestran con mayor profundidad. Además, durante el viaje se imparten una serie de conferencias. Hacen un curso de egiptología in situ y reciben un diploma", comenta Bibi Solanes Roca-Sastre, directora de expediciones culturales del museo.
Además de Egipto, el museo tiene una amplia oferta a otros destinos, todos con un profesor acompañante y un coordinador, además de los guías locales. Bibi Solanes destaca el de Etiopía, durante la época de la epifanía, por unos 3.000 euros, o el de la Ruta de la Seda en Uzbekistán. La puesta en marcha de los viajes no tiene una finalidad lucrativa, el precio se destina a la fundación arqueológica Clos, que es la que los organiza.
El Egipci también diseña viajes privados e intenta gestionar la asistencia de estudiantes a misiones arqueológicas, "es más fácil que puedan ir a la misión arqueológica que el museo tiene en Egipto, en otras misiones es más complicado porque cada país exige unos permisos determinados", comenta Bibi.
Para los interesados en excavaciones arqueológicas que no sean expertos, hay otras posibilidades. El Museo de Arqueología de Catalunya imparte en septiembre un curso de arqueología para no iniciados en el yacimiento ibérico de Palamós. Las plazas son limitadas, 30, y cuesta 100 euros por persona. A lo largo de los 15 días que dura, además de poder participar en excavaciones, se imparten clases y se realizan visitas culturales a otros yacimientos de los alrededores.
Pero además de este arqueoturismo tradicional, existen otras modalidades como el arqueosailing, rutas arqueológicas en veleros o yates, o el arqueodiving, visita de ruinas submarinas. Una forma de unir aventura, glamour y cultura.
De caza
En España hay jabalíes, venados, rebecos... pero los aficionados a la caza mayor prefieren abatir a los que corretean por las estepas de Kazajistán, Turquía o las praderas de Islas Mauricio o Nueva Zelanda. África a parte, estos son algunos de los lugares que los cazadores eligen para pasar sus vacaciones. Son destinos exóticos pero que permiten a sus acompañantes disfrutar de la sempiterna playa o montaña.
Es el caso de Nueva Zelanda. En el archipiélago se puede combinar la caza con el surf o el descanso en las cercanas islas Fiji. El mundo de la caza mayor está muy organizado y lo normal es desplazarse por medio de agencias, que se encargan de proporcionar la estancia, los acompañantes en las batidas, la licencia de caza, el alquiler de las armas (para el caso de viajes largos, de lo contrario los clientes llevan las suyas) y de reservar el número de animales que se haya concertado matar, previo pago de su importe. El avión suele ir aparte.
Los precios varían en función de la pieza y del lugar. En Alaska, una estancia de 10 días para cazar un alce cuesta 15.000 euros. Desde Sopie y Sabana, una empresa de taxidermia intermediaria en la gestión de viajes de caza, recomiendan ir a cazar jabalíes a Turquía en barco.
"Se atraca a las siete de la tarde. Se va a cazar hasta las 12 de la noche y se regresa al barco para cenar". Cada pieza cuesta 1.500 euros, aparte del barco que incluye la tripulación y la comida. Este tipo de vacaciones parece estar reservada aparentemente para unos pocos privilegiados millonarios.
Pero desde Sopie y Sabana y Safariheadlands, otra agencia, coinciden en que, hasta la crisis eran muchos los cazadores con un nivel de ingresos medio que ahorraban para disfrutar de su afición cinegética durante las vacaciones. "Ahora sí que ha disminuido la demanda en un 70% en todos los destinos. Pero el rico sigue cazando", dicen desde Safariheadlands.
Observación de aves
Relacionado con los animales, pero no con su caza, sino con su observación, está el birding o turismo ornitológico. El avistamiento de aves es una afición cada vez más extendida por España, aunque principalmente la practican los extranjeros, ingleses, holandeses y alemanes, en concreto. La península Ibérica es uno de los destinos fijos.
Ahora en verano, el lugar más demandado son los Pirineos. En Inglaterra hay muchas agencias especializadas en este tipo de turismo y en España están proliferando, la mayoría con guías ingleses y holandeses para satisfacer la demanda del exterior. Los españoles "suelen ir por su cuenta y no suelen contratar a guías", dice Steve West, dueño de Birding in Spain, una empresa que opera en el noroeste de España y que lleva funcionando desde 2005.
La mayoría de las empresas de birding españolas diseña itinerarios a medida para los ya iniciados y ofrece las suyas propias a los principiantes. Las rutas suelen durar desde medio o un día hasta tres o cuatro y el precio depende de la duración, el lugar de alojamiento... El coste por un solo día oscila entre los 85 y 100 euros.
Las administraciones se han dado cuenta del filón que supone este tipo de turismo, ya que quien lo practica tiene una media de edad alta, un elevado nivel adquisitivo y busca lugares cómodos para descansar, puesto que las jornadas de avistamiento suelen ser largas y cansadas. Sin embargo, los españoles cada vez salen más al extranjero a observar aves.
SEO Birdlife en Extremadura organiza viajes para sus socios a Argentina, Marruecos o Escocia. Desde Birding in Spain, Steve también ha realizado excursiones a Bulgaria, Finlandia o Noruega.
En Monasterios
Pájaros y poco más es lo que quieren o lo que sólo pueden escuchar los que deciden huir del "mundanal ruido", la rutina y el estrés y recluirse en un monasterio. Desde que en 1965 el Vaticano autorizara a las comunidades religiosas a asumir la función de hospederías, son muchos los monasterios españoles que han habilitado espacios para recibir a visitantes y turistas.
Hay dos tipos de hospederías, las abiertas, que son flexibles en cuanto a horarios, acogen a hombres, mujeres y familias y no tienen limitado el tiempo de estancia, y las hospederías monásticas en las que resulta obligado adaptarse a la vida comunitaria y en las que solo se puede pernoctar un mínimo de tres noches y un máximo de diez. En ellas no hay televisión ni radio y en muchas el móvil tampoco está permitido. Austeridad absoluta.
El precio es barato, de 35 hasta 55 euros, comida incluida. Es un lugar adecuado para replantearse las cosas, darle un empujón a las oposiciones, superar traumas personales..."Pero mejor en verano. Para quedarse en invierno hay que tener muy claro lo que se está buscando, porque el frío y la soledad suelen hacer que la gente desista", dice José Luis Sánchez.
Ahora es dueño de la editorial Región pero pasó cuatro meses opositando en el Monasterio de Santa María de la Huerta en Soria. Pero no solo para eso están los monasterios. Los que se encuentran en la ruta del Camino de Santiago son una opción económica para el descanso del peregrino. Lo mejor es hacerse con una guía de monasterios. Hay empresas que se encargan de tramitar todas las gestiones, como Ciudania.com. Para hacer la reserva hay que armarse de paciencia porque en muchos solo se puede dormir previa recomendación.
Otro tipo de reflexiones y meditaciones son las que se realizan en los monasterios budistas. Cuando se piensa en ellos la imaginación irremisiblemente se traslada al Tibet o a Tahilandia, pero no hay que irse tan lejos. En España hay varios. Para recluirse en ellos es indispensable conocer o estar interesado en el budismo.
Hay que observar reglas estrictas como la dieta ovolacteovegetal, no fumar, acudir a las prácticas meditativas y guardar silencio a partir de determinada hora. Es el caso del monasterio Dag Shang Kagyü, en Graus (Huesca), donde, además de habitaciones, hay habilitado un recinto para camping.
No todos disponen de alojamiento y para quedarse se exige linterna o saco de dormir, como en el monasterio Tushita (Girona).
La dicotomía playa o montaña ha quedado obsoleta. Unir al placer del descanso nuestras propias inquietudes y aficiones, es posible. Incluso en el escenario que plantea la tercera variable introducida por la crisis, la de quedarse en casa.