España: El turismo internacional creció 4,5 por ciento en el primer cuatrimestre del 2006, según datos de la OMT
España. Los resultados preliminares para los cuatro primeros meses de 2006 apuntan a unos 236 millones de llegadas de turistas internacionales en el mundo, es decir, 10 millones más que en el mismo período de 2005, lo que refleja el crecimiento sostenido de la demanda turística mundial iniciado en el 2004.
Estos son los resultados derivados de los datos reunidos por la Organización Mundial del Turismo (OMT), organismo especializado de las Naciones Unidas, para los meses de enero a abril de 2006, según se presentan en el último número del Barómetro OMT del Turismo Mundial.
Aunque el ritmo de crecimiento se ha moderado ligeramente, tal como se preveía en el número de enero del Barómetro OMT del Turismo Mundial, el 2006 ha empezado bien, con un crecimiento del 4,5% en el número de llegadas de turistas internacionales a escala mundial durante el primer cuatrimestre.
Mes por mes, el crecimiento estimado en enero y febrero es del 4% con respecto a los mismos meses del año anterior. En marzo, hubo un receso del 1%, debido a que en el 2005 la Semana Santa fue en marzo y este año en abril, pero la fuerte demanda durante el período de Semana Santa de 2006 llevó en ese último mes a un aumento del 11%.
África y Oriente Medio (+11% en ambos casos), así como Asia y el Pacífico (+8%), registraron un crecimiento superior a la media, mientras que Europa y las Américas crecieron a un ritmo más moderado, por debajo del 3%.
Los primeros meses del 2006 estuvieron marcados también por la tan esperada recuperación de los destinos sacudidos trágicamente por el tsunami de diciembre de 2004. Las llegadas a Maldivas crecieron nada menos que un 97% con respecto al mismo periodo del pasado año. Sri Lanka (+25%) también tuvo excelentes resultados, mientras que las llegadas de turistas internacionales a Tailandia a través del aeropuerto de Bangkok se elevaron un 29% durante los tres primeros meses de marzo de 2006.
La recuperación de Indonesia, en cambio, se ha visto por desgracia socavada debido al terremoto del 27 de mayo ocurrido en las proximidades del segundo destino turístico favorito del país, Yogyakarta. Aunque ha repercutido ya en la demanda turística, no debería afectar gravemente al tráfico a los otros muchos destinos del vasto y diverso archipiélago indonesio, como Bali, Lombok, Sumatra o Yakarta. La reactivación no será fácil, sin embargo, requerirá apoyo y compromiso por parte de la comunidad internacional, como los que con tanta premura se ofrecieron tras la tragedia del tsunami.
Los meses que van de mayo a agosto configuran la temporada turística por excelencia en los principales destinos del hemisferio norte, como Europa y América del Norte. Por lo tanto, las tendencias de la demanda turística durante este período a menudo reflejan tendencias del mercado a más largo plazo y los expertos de la mayoría de las regiones se muestran bastante confiados en cuanto a las perspectivas para el próximo cuatrimestre.
El incremento del índice de confianza del Grupo de Expertos en Turismo de la OMT confirma este optimismo. La tendencia a un aumento moderado de la confianza, observada ya en el Barómetro de enero, se confirma, mientras que las perspectivas mejoran por segundo período consecutivo, pasando de 132 al 134 (en una escala de 0 a 200, en la que 100 significa "sin cambios" y 150 "mejor").
Citando al Secretario General de la OMT, Sr. Francesco Frangialli: "El turismo internacional ha entrado ahora en una fase más estable de demanda sostenida, sin grandes picos ni simas. Aunque la tasa de crecimiento se ralentiza gradualmente, el turismo internacional sigue claramente en la vía del crecimiento, a un ritmo superior a la media a largo plazo, del 4%, por tercer año consecutivo, salvo que se produzcan sucesos inesperados, claro está".
"Existen en este momento tres factores importantes que podrían menoscabar esta tendencia positiva: el terrorismo, el aumento de los precios del petróleo, especialmente los del queroseno del transporte aéreo y, por supuesto, la amenaza de una pandemia de gripe aviar, por no mencionar otros como el riesgo de un atentado durante el viaje, la multiplicación de las restricciones de seguridad, el endurecimiento de las normas sobre emisión de visados, unas prácticas restrictivas en materia de inmigración y la proliferación irracional de "recomendaciones a los viajeros".