John Cabañas, presidente y CEO de C & T Charters Inc.
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Con una larga historia familiar y propia de relación con Cuba, el señor Cabañas tiene una agencia de viajes mayorista que ofrece paquetes y charters para los cubanoamericanos que visitan a sus familiares en la isla caribeña. Y dice estar casi seguro de que el gobierno de Estados Unidos terminará por eliminar las restricciones de viajes que todavía pesan sobre sus ciudadanos, porque Cuba se ha convertido en un destino cada vez más atractivo para esos viajeros potenciales, un destino que tienen prohibido hace 50 años.
¿Quién es John Cabañas, dónde nació y por qué mantiene este nexo tan fraternal con Cuba?
Yo nací en Cayo Hueso (Key West), Florida, en 1942, y para comenzar quisiera decirle que usted y yo tenemos algo muy importante en común, y es nuestro origen español. Siento un tremendo orgullo por mi ascendencia hispana, provenir de ese antiguo mundo que fue en una época el centro de tantas cosas. Siento con orgullo heredar las tradiciones del “Quijote” de Cervantes y de gran parte de la literatura española, de haber apreciado el arte de ese país, lo más maravilloso de los pintores clásicos españoles, y el humor y el sentido picaresco de Quevedo.
Mi familia se estableció en Estados Unidos en el año 1854. Provenían de Cuba y se consideraban criollos, en una época donde todavía regía el concepto de súbditos españoles.
¿Cómo se llamaba su padre?
-Mi padre se llamaba Julio Cabañas, nació en Cayo Hueso en 1917, sus padres, Julio Cabañas y Caridad Pasos, también nacieron en Cayo Hueso, así como sus abuelos, por lo que como ve, hay varias generaciones nacidas en el Cayo.
¿A qué se dedicaba su familia en esa época?
-Mi familia formó parte del inicio de la industria tabacalera en Cayo Hueso. Comenzaron con pequeños talleres (chinchales), y luego participaron en el desarrollo de las fábricas. Joaquín Cabañas, padre de mi abuelo, nació de la unión de Ricardo Cabañas con María Pérez. Teodoro Pérez, primo de María, fue también uno de los iniciadores de esta industria y dueño de una de las fábricas más importante del cayo en aquel entonces.
¿Su familia llegó a Cayo Hueso a través de Cuba?
-Sí, mi familia viajó desde Cuba en 1854, en el preludio del movimiento libertador en la isla. La guerra de 1868 aún estaba distante, faltaban catorce años para su estallido. Ellos eran criollos y se consideraban súbditos de España, quizás con el deseo ya de ser independientes, pero el sentimiento y la definición de nacionalidad cubana estaba todavía en proceso de formación.
¿Cuál era la procedencia de su familia?
-Cuando ellos emigran a Estados Unidos en 1854, ya había surtido efecto el boom de la producción azucarera tras la Revolución de Haití, un fenómeno que incrementó la ganancia del azúcar y expulsó al tabaco de la periferia de La Habana, lanzándolo a las tierras de Pinar del Río, conocidas como Vuelta Abajo. Sin saberlo, los vegueros fueron a parar a la mejor tierra tabacalera del mundo.
Todos estos hechos tuvieron repercusiones políticas. El estanco del tabaco, establecido por la corona española, propició el contrabando tabacalero con Estados Unidos. De allá vinieron los fabricantes de tabacos. Primero lo hicieron los tabaqueros y posteriormente comenzó el montaje de las fábricas en Cayo Hueso, y después en 1871, en Tampa, aunque después surgieron algunas más pequeñas en la parte norte de Estados Unidos. Pero las mecas tabacaleras fueron Cayo Hueso y Tampa.
Cayo Hueso llegó a producir en 1892 cerca de 100 millones de tabacos torcidos a mano, y ese nivel de producción se mantuvo durante varios años más. La industria Tabacalera se mantuvo en el Cayo hasta la Primera Guerra Mundial, hubo una época en que Cayo Hueso fue la ciudad más rica per capita de los Estados Unidos, luego de lo cual los fabricantes retornaron a Cuba y la industria tabacalera de Cayo Hueso dejó de existir, quedando solo pequeños chinchales que sobrevivieron hasta la década del 50.
En Tampa, mientras tanto, se continuó produciendo una variedad de tabaco proveniente de Virginia, a diferencia de Cayo Hueso, que todo el tabaco que produjo siempre provenía de Cuba. En conclusión, podemos decir que Cayo Hueso fue una plaza hispano-cubana que tuvo gran importancia desde mediados del siglo XIX hasta principios del siglo XX.
El abuelo de mi padre, Juan Pasos Muñoz, conoció y le estrechó la mano en varias oportunidades a José Martí durante algunas de las ocho ocasiones en que este visitó Cayo Hueso. Esto, me cuenta mi padre, fue siempre un gran orgullo para su abuelo, que se lo contaba con frecuencia.
Cayo Hueso era una ciudad pequeña, que en aquella época tendría unos 28 mil habitantes. Cuando más habitantes tuvo, fue durante mi juventud, que llegué a ver entre 35 y 36 mil habitantes, era la época en que existía allí una base naval que tenía alrededor de 15 mil efectivos.
Yo diría que en la época de mi niñez, adolescencia, y juventud, entre el 20 y el 25 por ciento de la población en el Cayo era de origen hispano-cubana; emigrantes cubanos, descendientes de ellos, y otros nuevos inmigrantes que llegaron en las décadas del 40, el 50, y del 60, como emigrantes económicos también procedentes de Cuba. En el conflicto Cuba-Estados Unidos, la emigración del 60 hasta el 75 tuvo implicaciones políticas. Luego de este periodo ya toda la emigración cubana vuelve a tener un carácter económico, que se maximiza durante el éxodo del Mariel.
Mi mamá nació en Cuba en 1920, donde conoció a mi padre en la segunda parte de la década del 30, durante viajes que este realizaba a la Isla como gastronómico en la marina mercante. Allí se casaron, y nació mi hermana mayor Josefina. Luego vino a vivir a Cayo Hueso en 1940, posteriormente en 1942 nací yo, y poco después mis hermanas Judy y Juanita, la menor, que nació en 1959.
¿Alguno de sus predecesores salió de Galicia?
-Alguno tiene que haber salido de Galicia, porque los Cabañas son gallegos, pero también madrileños, y de ahí la costumbre tabaquera. De todas formas la tradición tabaquera no la trajeron de España, se involucraron en el tabaco a partir de establecerse en Cuba. Hay que recordar que España no mandó el tabaco para América, sino que el tabaco salió de América para España. Este cultivo fue originario de la población indígena del Caribe, con la colonización surgieron los vegueros que aprendieron el cultivo y manejo de la planta. A los esclavos no se les podía utilizar en el tabaco porque el cultivo requería de mucho cuidado, que el trabajo esclavo no podía ofrecer. Lo que trajo como consecuencia la formación de la elite tabacalera, y de ella surge uno de los primeros estratos obreros de la sociedad cubana de aquella época, interesante el hecho de que los tabaqueros fueron la espina dorsal del movimiento independentista y constituyeron la base social del Partido Revolucionario Cubano, fundado por José Martí.
Y con esa larga tradición familiar, ¿ha estado usted vinculado a la producción tabacalera?
-No, realmente nunca me dediqué al tabaco, pero sí fumé cigarros y tabacos desde los 13 hasta los 60 años. Mi padre fue fumador de tabaco toda su vida, aunque mi abuelo nunca los fumó. Sin embargo, mi abuela por parte de madre fumaba tabaco. En Cuba se estilaba que las mujeres también fumaran tabaco, sobre todo en la provincia de Pinar del Río, de donde ella procedía.
Cuando el tabaco salió de Cuba, en uno de los lugares de España donde se estableció fue en Galicia, donde también las mujeres mascaban y fumaban tabaco.
Yo recuerdo que en la década del 50, cuando visitaba a mi abuela en un pueblecito de La Habana donde vivía, siempre la veía sentada junto a la radio, con una escupidera y fumando o mascando tabaco, a diferencia de mi abuelo que nunca lo hizo.
¿Cómo su familia se relaciona con Fidel Castro y la revolución Cubana?
-En el año 1951, mi mamá, en una visita que realizó a Cuba, conoció por casualidad a Fidel. Fue a raíz de la hospitalización de Eduardo Chibás, por su intento de suicidio. Ella tenía que ver a una señora llamada Conchita Fernández, que era la secretaria de Eduardo Chibás, posterior a 1959 seria la secretaria personal de Fidel Castro. En aquel entonces, Fidel Castro formaba parte del ala juvenil del Partido Ortodoxo de Chibás. Conchita no se encontraba, y Fidel le dijo a mi mamá que él podía atenderla, ella se negó porque no sabía quién era él y dijo que solo hablaría con Conchita. En aquel entonces, Fidel Castro no era todavía una figura política nacional. El era un joven recién graduado de la escuela de Derecho, muy talentoso y muy prometedor, pero todavía no era conocido y mucho menos por mi madre que vivía en Estados Unidos. En ese intervalo llegó Conchita y le dijo que Fidel Castro trabajaba muy cercanamente con ellos en la dirección del Partido.
Mi mamá regresa a Estados Unidos y no vuelve a saber de Fidel Castro hasta el año 1953, cuando lee en la prensa, en el periódico Cuba Libre que se recibía en Cayo Hueso, todo lo referente al ataque al Cuartel Moncada. Es entonces que mi madre se percata que había conocido accidentalmente al individuo que dirigió el asalto. Eso la impresionó mucho, pero no le comentó nada a mi papa, porque ella había ido a ese encuentro en La Habana por un encargo de su padre.
En el año 1954, mi padre recibió una oferta muy tentadora de irse a participar en la construcción de bases navales en España, pero mi mamá no estuvo de acuerdo en irse tan lejos de Cuba. En conclusión, no aceptaron el contrato y un año después, el 2 de diciembre de 1955, a las 11 y 30 de la noche, mi padre, entonces Presidente del Club San Carlos en Cayo Hueso, recibió la visita del Dr. Fidel Castro Ruz. En este primer encuentro estuvieron conversando en nuestra casa hasta las 3 de la mañana.
En otra ocasión durante esa misma visita a Cayo Hueso, entre el 2 y el 7 de Diciembre, Fidel llega a mi casa, y empieza a conversar con mis padres, y le dice a mi madre que tenía la impresión que la conocía, y mi madre se quedó sorprendida, además porque no le había dicho nada a mi papa sobre aquel encuentro previo en La Habana. Mi padre le dijo a Fidel que no podía ser porque ella estaba en Estados Unidos desde el año 1940, y no tenía nada que ver con la política cubana. El asintió, pero al otro día regresó y le dijo que insistía que su cara si le era conocida. Entonces mi madre en presencia de Fidel, empezó a contarle a mi papá sobre el encuentro, y Fidel interrumpió, y le dijo… “la mujer de los papeles”, eso hizo que el encuentro fuera más fraternal, porque ya Fidel supo que la familia de mi madre era ortodoxa. La visita de Fidel trajo como consecuencia que el gobierno cubano le prohibiera a mi padre la entrada a los barcos cubanos, a los que él le proveía víveres. En octubre del 56, mi padre como Presidente del Club San Carlos, y apoyado por la directiva en mayoría, rompió las relaciones con el gobierno de Cuba, y prohibió la realización de fiestas patrióticas, como luto hasta que Cuba fuera libre. El 28 de enero de 1959, se celebró la primera fiesta patriótica a la caída de la tiranía batistiana. La calle Duval sirvió de escenario frente al Club San Carlos de esa fiesta pública, con un gran baile y comida gratis para toda la colonia cubana.
Ahí comenzó la relación de mis padres con Fidel, que cambió el destino de mi familia y que decidió el rompimiento de la relación de mi padre como Presidente del Club San Carlos, con el gobierno cubano, y dio inició a mi familia en la lucha revolucionaria y en el Movimiento 26 de Julio de Cayo hueso, fundado por Fidel Castro Ruz.
Mi vida cambió completamente, porque yo era un joven preparándome para vivir en Estados Unidos, como un norteamericano más que era, y a partir de este momento, con la influencia de mis padres, me convertí en un norteamericano revolucionario cubano, influenciado además directamente por la presencia de Fidel Castro en Cayo Hueso.
Los tiranos que perdieron el poder en Cuba en el año 1959, lo tuvieron por siete años, durante ese tiempo abusaron y cometieron atrocidades. A veces escucho a la gente aquí hablar de los problemas de la Cuba actual, pero la gente no vio la película completa. Había que haber vivido en Cuba en la década del 50, y ver como afamados esbirros, asesinaron a tantas personas y cometieron tantos crímenes y abusos. Además de la calamidad social y económica de los campesinos pobres en Cuba.
Eso no se ve en la Cuba hoy. En Cuba no hay desaparecidos, ni se asesina a nadie, lo que ocurría a diario en los años 1956, 57 y 58, donde aparecían jóvenes tirados en las guardarrayas y en la carreteras, asesinados y totalmente mutilados
Esas fueron las cosas que motivaron a mi generación a luchar contra Batista. Yo pienso que en Cuba se van a producir cambios, pero solo los cambios que quieran dar los cubanos, y en realidad lo han hecho bastante bien, porque del 59 a la fecha han cambiado muchísimas cosas. Han pasado cuatro generaciones en Cuba y esas cuatro generaciones han significado un gran cambio en la gente, y la nación y nacionalidad cubana quedaron definitivamente selladas para siempre.
En el año 1961, me vi obligado a emigrar hacia Cuba, a la edad de 19 años, y lo hice porque en Cayo Hueso la situación se tornó muy violenta, vivíamos como si estuviéramos en Cuba en el año 1958. Todos los personajes crueles y peligrosos de la dictadura batistiana, emigraron a los Estados Unidos en el 1959. En reiteradas ocasiones recibimos amenazas de muerte y hubo intentos de quemar nuestra casa; yo mismo tuve enfrentamientos en distintas ocasiones, fui golpeado y me fracturaron dos costillas.
Poco a poco fueron reduciéndose nuestros derechos como norteamericanos, mientras la emigración reaccionaria batistiana recibía el apoyo oficial del gobierno norteamericano. La única salida que quedó fue refugiarnos en Cuba, y así lo hicimos, pedimos y recibimos asilo político, y vivimos durante 28 años allí, en los que no visite a mi país, los Estados Unidos.
Pero hoy, después de casi 50 años, y nuevamente en los Estados Unidos, hago uso de todos mis derechos como nativo que soy, porque provengo de una familia con más de 150 años de establecida en este país. Aun así he seguido sintiéndome muy orgulloso de mis raíces y cultura hispana y cubana, que también son las raíces de mi madre.
¿San Carlos como club, era propiedad de su familia?
-No. Esa era una institución patriótica, docente, y apolítica, fundada en 1871. Sus instalaciones sufrieron daños en tres ocasiones debido a fuegos y huracanes. En 1927 se terminó la última construcción del San Carlos, a la cual contribuyó la República de Cuba. La directiva, expresando la voluntad de la colonia de origen cubana de Cayo Hueso, tomó la decisión de otorgarle por el valor de un dólar, la propiedad del Club San Carlos a la República de Cuba. Por qué? Para evitar que el Club fuera utilizado para especulaciones y usos políticos indebidos. Mi padre respetó mucho los estatutos del San Carlos y cómo era docente, patriótico, apolítico; le dijo a Fidel que no podía hacer un acto público allí porque aquello no se podía politizar y que la directiva no lo iba a aprobar. Aún así lo ayudó y le dio todo el apoyo necesario hasta el triunfo de la Revolución. Todos nosotros fuimos militantes del movimiento 26 de julio. Mi madre, junto a mi hermana mayor y mi padre, son fundadores, y yo entré en marzo de 1957.
Todo esto decidió el carácter y la trayectoria de mi vida. Sin embargo, tengo que decir que en esa época yo era un joven idealista y lleno de ilusiones; la ética de la Revolución cubana influyó grandemente no solo en mí, sino en el mundo entero. Yo creo que hasta a España llegó esa influencia. Aun el mito del Che le da la vuelta al mundo.
Conocí al Che el 7 de enero de 1959 en La Habana, cuando llevaba una carta que habían redactado mis padres para dársela a Fidel. Iba acompañando a un capitán del Ejército Rebelde (German Marks), que era de origen norteamericano, y había formado parte de la columna del Che. Esa noche me llevó a Palacio Presidencial y conocí al Che. Cuando lo vi me impresionó, aunque ya lo había visto en películas que se exhibieron en Cayo Hueso para recaudar dinero. Ahí estaba también Camilo Cienfuegos, que era un personaje muy carismático. Yo traía la carta y me sentía el mensajero más importante del mundo, saqué la carta y le dije: “Comandante, esto es para el doctor Fidel Castro”, el Che me dijo: “Tu crees que Fidel tenga tiempo para leer esto ahora’’ Me sentí apenado, y enrojecí, pero Camilo se percató de mi inocencia, tomó la carta y me dijo que él se la entregaría a Fidel personalmente. Camilo se viro y le dijo al Che: “Che, yo se la entrego. Cómo le vas a decir eso al muchacho’’. Pero el Che tenía razón, porque en aquel momento se tomaban y decidían pasos trascendentales de la Revolución.
Ese fue mi primer baño de madurez. Yo estaba entregando una carta ingenuamente, y ellos estaban arriesgando la vida, la victoria todavía no se había consolidado, existían aun brotes de militares que no se sabía si se iban a entregar o no; Fidel ya había ocupado todo el Oriente del país y venía con una caravana gigantesca que llegó a la Habana al día siguiente.
A mí me impresionó mucho la personalidad del Che, me dio una clase de madurez, que me hizo entender que en la vida hay que ser más profundo y no creerse que uno es lo más importante en un momento determinado, cuando hay cosas realmente mucho más importantes por hacer.
Yo acostumbraba a regalarle a mi padre los tabacos que me daban en las recepciones en que participaba, y mi padre, que iba a los consejos de dirección con el Che en el Ministerio de Industria, en una ocasión, le regala uno al Che, y este le pregunta dónde conseguía esos tabacos, mi padre le dice que yo se los regalaba, y que yo trabajaba en la Dirección Nacional de la Juventud, UJC. El Che siendo Ministro, con un poder extraordinario, y tercera figura de la Revolución en ese momento, no era capaz de llamar a la fábrica para que le mandaran una caja de tabacos y tenerla en su oficina. El era consecuente con esa modestia que tenía de ser uno más, y como uno más, recibía los tabacos de su cuota en la bodega.
Él Che le pidió a mi papa conocerme, el era un gran educador y le gustaba influir y estimular a la juventud. Hablamos sobre la comisión donde yo trabajaba y que mi jefe había sido combatiente de su columna. Yo le dije que lo había conocido el 7 de enero de 1959, cuando traía una carta para que se la entregara a Fidel. ‘’Esa carta había sido escrita por mis padres, ese señor que trabaja con usted ahora, y usted sin verla, me pregunto que si yo creía que Fidel tendría tiempo para leerla’’, el me puso el brazo por arriba y me dijo que no se podía ser rencoroso. Lo hizo con una picardía y simpatía, que me hizo sentir muy bien.
Una de las mayores fortunas que tengo son estas anécdotas que no me dieron riquezas materiales, pero me permitieron conocer, y participar en la historia.
Desde el año 1960, hasta el 1979 estuve al lado de Fidel en muchas ocasiones, trabajé en funciones oficiales, trabajé en el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, siempre estaba cerca de Fidel en los aniversarios de la Revolución, y participé en eventos especiales, donde le serví de traductor, pero nunca me dirigí a él para decirle de quien yo era familia. Yo era un revolucionario más allí, eso lo aprendí del Che.
No fue hasta que oficialmente en una reunión de dialogo con la Comunidad Cubana en Estados Unidos, que me identifiqué como John Cabañas, de Cayo Hueso, y compartí detalles de la historia de la relación de mi familia con él. Mi admiración por Fidel es especial, pues juega un papel de ejemplo en la vida de millones de seres humanos, y lo considero el hecho histórico más importante de mi vida.
Estudié en la Universidad de La Habana. Me licencié en Historia, e hice postgrados en Psicología, Derecho y cinco postgrados en Comercio Exterior. Posteriormente trabajé varios años en la televisión cubana y visité el mundo entero participando en festivales de televisión. Todos los años íbamos a España, no solo cuando íbamos allí directamente, sino que cuando visitábamos cualquier parte de Europa, teníamos que hacer escala allí. Siempre tratábamos que la escala fuera de tres días. Me gusta mucho la cultura española, siempre dije que el país donde me gustaría vivir, después de Cuba, seria España. Pero en fin, en vez de ésto, regresé a mi país, los Estados Unidos, y me convertí en empresario.
¿Es éste tu primer negocio con Cuba desde Estados Unidos?
-No. Cuando regresé a Estados Unidos en el año 1988, comencé a hacer relaciones en el campo de la televisión, ya tenía experiencia en el aspecto comercial y había conocido a más de cien de las principales figuras de la televisión en el mundo. Cuando Alberto González, importante empresario de la televisión en Argentina, se enteró de que yo estaba aquí, en Estados Unidos, me llamó para saludarme y me dijo que iba a recibir correspondencia suya en 72 horas. Me mandó un sobre con un cheque de 20 mil dólares, y me dijo que ese dinero me lo adelantaba para que representara todos sus programas para Cuba y África. Después de esto, también me hice representante de Globo, de Brasil, Televisa de México, y compañías de Canadá, Venezuela, y Perú.
Lo que ocurría es que en Cuba se compraba un programa brasileño de televisión por 700 dólares la hora. Esto era caro para la televisión en Cuba, un país que no comercializa la televisión. Los españoles lo ofertaban más barato y con mucha más calidad. Pude negociar el precio de los programas brasileños, y Roberto Mariño, personalmente, con mi amigo Felipe Rodríguez, me dieron la posibilidad de poner los precios que quisiera. Esto coincidió con los años 90 y 91 del período especial en Cuba, y la televison cubana compró a los brasileños 500 mil dólares en programación en el transcurso de 5 años. Eso trajo como consecuencia que la televisión brasileña tuvo una presencia fenomenal en Cuba. A los cubanos les encantó y se olvidaban un poco de sus problemas viendo televisión cuando no se iba la electricidad. Participé en las negociaciones entre Cuba y los Estados Unidos en lo relativo a las telecomunicaciones, logrando abrir las comunicaciones directas en 1995, pero dada la política de hostilidad de Estados Unidos contra Cuba, se malogró este acuerdo que había sentado un precedente positivo en las relaciones entre los dos países.
En 1991 organicé y monté mi empresa de vuelos chárter hacia Cuba, sacando mi licencia con el gobierno norteamericano, lo que fue posible debido a la autorización que recibí de Celimar, Havanatur, de los derechos de aterrizaje en Cuba.
Cuando llegué a Estados Unidos en el año 1988 nadie se podía imaginar todos los cambios que iban a suceder en el mundo, como tampoco me podía imaginar que podría conocer al Presidente Clinton, ni que podría haber un presidente como George Bush, al cual conocí personalmente.
También he tenido el placer de conocer al Presidente Obama, he compartido con él, creo que es un hombre visionario, y con muy buenas intenciones. Por primera vez Estados Unidos tiene un presidente negro, de origen africano, que entrelaza los intereses de la comunidad negra, por la experiencia de su esposa que representa esos valores, y es una excelentísima persona, pero creo que la verdadera grandeza de Obama esta en llegar a ser el Presidente de todos los Norteamericanos, para lo cual creo está más que calificado, y representa las mejores ideas para lograr un futuro mejor que irradie paz y prosperidad al mundo entero, cambiando la imagen dejada por otras administraciones, que no han sido inteligentes ni justas, como con el caso de Cuba en los últimos 50 años.
¿Cuándo fue su primer vuelo?
-Nuestro primer vuelo fue el 9 de junio de 1991. Empezamos a transportar cubanos residentes en Estados Unidos hacia Cuba, o cubanos residentes en Cuba que venían a visitar a sus familias en Estados Unidos. Había otras categorías que aprobaba la ley que regía estos viajes, como diplomáticos, personas con licencias específicas, como humanitarias, religiosas, culturales, etc. Es un tipo de viaje muy politizado que depende demasiado de cómo se lleva la política entre ambos países. Por lo tanto, este negocio no está regido en realidad por todas las leyes del mercado. La oferta y la demanda no juegan un papel tan importante aquí, como juega la posibilidad de manejar cuánta gente puede viajar, quién puede y no puede hacerlo. Hoy en día se autoriza a una persona de cualquier edad a visitar a su familia. Sin embargo, todavía el gobierno de Estados Unidos prohíbe a los ciudadanos norteamericanos viajar a Cuba, lo cual seria el verdadero mercado turístico, libre y abierto.
Así fue nuestro inicio en este giro, donde hemos tenido tiempos difíciles y otros más flexibles. En la década del 90, con el comienzo del mejoramiento de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, hubo bastante afluencia de viajes, incluso el Presidente George Bush padre hizo mucho por mejorar los viajes, facilitó el envío directo de ayuda humanitaria y familiar, y autorizó flexibilizar los viajes por asuntos humanitarios.
En 1993 Clinton tomó el poder como Presidente, y en el verano de 1994 se produce la crisis de los balseros. Como consecuencia directa de ésta, los viajes quedan limitados entonces a una vez al año.
Poco después, se produce una nueva y delicada situación, la llamada crisis de las avionetas, producto de la cual los vuelos directos entre Estados Unidos y Cuba quedan totalmente suspendidos, lo que nos obligó a viajar usando terceros países, con lo que tuvimos que hacer vuelos charter de Miami a Bahamas, después cambiar de nomenclatura el charter, y hacer el viaje de Bahamas a La Habana con el mismo avión.
Luego recomenzaron los vuelos directos, pero en el 2004 como Presidente de George W Bush, se inicia una medida en que solo se permite visitar a Cuba una vez cada tres años. Además se acortan las categorías familiares, es decir, los primos y tíos no pueden viajar, solo primer vínculo directo, padre y madre, abuelo y abuela, y hermanos, los otros vínculos de segunda y tercera generación desaparecen. Esta medida duró hasta marzo de este año 2009, cuando el Presidente Obama toma la decisión de quitar esa injusta restricción.
En conclusión, ahora queda pendiente levantar las restricciones a los norteamericanos para visitar Cuba, y diríamos que justo también sería el levantamiento total del embargo.
Si esta nueva flexibilización entra en vigor y evidentemente ya los cubanos pueden viajar cuantas veces lo deseen a ver a sus familias, a su tierra ¿Existe la posibilidad de que este turismo humanitario pudiera tener también un concepto de visita turística?
-Déjeme explicarle. La visita familiar trae como consecuencia que la familia se reúna, comparta y disfrute. La ley cubana no les prohíbe a los cubanos que viajan a Cuba a que se alojen en un hotel con la familia, o vayan a algún centro turístico a disfrutar, o a un restaurante; lo que yo creo, es que no se le debe llamar turismo, aunque sea una forma de disfrutar con su familia la oferta de la industria turística cubana. Y por que decimos no llamarlo turismo? Porque en ese caso omitiría los derechos de todos los norteamericanos que si viajarían como turistas y no por relaciones familiares humanitarias.
También hay un aspecto importante en este caso, y es la posibilidad que ha marcado la flexibilización de la normativa norteamericana al incremento de gastos que pueden tener las personas que viajen a Cuba en este momento. ¿Son 179 dólares diarios?
-Sí, recuerdo que cuando empezamos en el año 1991 eran 100 dólares diarios. En 20 años solo ha aumentado setenta y pico de dólares. Pienso que eso es absurdo, porque realmente ese dinero que se permite está basado en el que usan los diplomáticos norteamericanos cuando van a Cuba, por lo tanto, esa es la misma cifra que le permiten al cubano-americano cuando va allá.
Yo creo que con esta flexibilización dejará de existir esta limitación, porque si se les permite mandar comida y el dinero que se desee en remesas, ¿qué lógica tiene que se limite el gasto de dinero al que viaje? Además, un hotel en cualquier parte del mundo cuesta de 200 a 300 dólares por la habitación, y es igual si vas a cualquier centro turístico de calidad. Es más barato quedarse en casa de la familia, pero siempre tiene un costo. Yo creo que esto tendrá que venir en el proceso de mejoramiento de relaciones, y sin duda alguna, con la total liberación de viajes para los norteamericanos debe resolverse esto, porque no tendría sentido alguno. Yo creo, y no quiero decir que será así, que deberían permitir lo mismo que cuando se viaja a cualquier país del mundo. Yo puedo salir de Miami hacia Argentina con 9,999 dólares y no declararlos, pero si son 10 mil dólares o más, tengo el derecho, pero debo declararlos. A mi juicio esa es la forma en que debe ser y no veo por qué hacerlo distinto, ¿acaso el que viaja a ver a la familia gasta menos que el que viaja por placer?
Hemos hablado de la flexibilización de Estados Unidos, pero debo decir que Cuba desde el 1994 hasta acá, ha venido realizando un proceso de flexibilizaciones continuas, y más que flexibilización, de modificación para cambiar la óptica hacia la emigración cubana. Aunque todavía se usa la palabra visa, no existe tal cosa como una visa para ir a Cuba. Existe lo que se llama pasaporte habilitado, mediante el cual usted habilita su pasaporte y viaja a Cuba cuantas veces quiera mientras que esté vigente ese pasaporte. Yo pienso que eso es un paso de avance muy grande. Además ya pueden estar en Cuba hasta 90 días como en todos los lugares, usted lo puede prorrogar, o puede salir, volver a entrar y estar 90 días más.
Se está comenzando a crear una tendencia, y creo que es algo que se incrementará en el futuro, de que muchos viejitos cubanos, jubilados aquí, que reciben sus pensiones aquí, van a querer regresar a residir en Cuba. La ley norteamericana les permitiría estar en Cuba indefinidamente, y podrán ir a vivir a Cuba y regresar aquí cada vez que quieran, con la gran ventaja de que vivir en Cuba con una módica pensión de 800 ó 900 dólares mensuales les permitirá vivir como reyes, y además tener acceso a un sistema de salud de alta calidad y mucho mas económico.
¿Cuantas compañías chárter vuelan a Cuba?
-En este momento hay ocho compañías ofreciendo vuelos charter a Cuba, las cuales comparten unas cuatro compañías aéreas a las que contratan sus servicios, porque nosotros no somos dueños de los aviones, somos operadores de charter que intermediamos para los viajes de esos aviones con los que volamos a Cuba.
¿Qué hay de American Airlines?
-American Airlines no vuela a Cuba como American Airlines, ni Continental, ni AeroSur tampoco. Los vuelos a Cuba los hacen las compañías de charter usando las líneas aéreas como operadoras, pero la comercialización y los derechos de aterrizaje en Cuba son otorgados a las compañías turoperadoras de charters.
¿Los gobiernos de Cuba o de Estados Unidos ponen alguna restricción a estas ocho compañías?
-Nosotros no tenemos restricciones, tenemos regulaciones de cómo operar, y cómo comercializar dichas operaciones. Las líneas aéreas no pueden volar por si solas, porque no existe en este momento un acuerdo bilateral entre Estados Unidos y Cuba. No hay líneas aéreas bandera ni de un lado ni del otro, ya que existe un embargo. Ojala se resuelva ésto, porque es lo que debe suceder, y cuando suceda, habrá vuelos regulares de las aerolíneas cubanas y norteamericanas, y habrá vuelos charter también.
Cada año en los Estados Unidos de 45 a 60 millones de habitantes utilizan vuelos charter, y no se mueven en las líneas aéreas regulares. El turismo interno lo mueven más los charter que las líneas aéreas, ya que los operadores turísticos utilizan fundamentalmente sus propios vuelos charter para mover a sus pasajeros.
¿Qué otros destinos cree usted que se pudieran abrir en Cuba, además de La Habana?
-En Cuba actualmente se vuela hacia los aeropuertos de La Habana, Cienfuegos, Camagüey, Santiago de Cuba y Holguín. Quiere decir, que cuando haya turismo, ahí estarán las entradas. Inclusive Cayo Coco cuenta con un aeropuerto propio, como es el caso de Varadero que tiene un aeropuerto internacional. En la actualidad, desde los Estados Unidos no permiten volar a Varadero o Cayo Coco, pues siempre se ha planteado que esos son aeropuertos puramente turísticos, y el turismo esta prohibido por el embargo.
¿Desde Estados Unidos hay limitaciones también para los aeropuertos?
-Si, en la actualidad están solamente autorizados a hacer vuelos directos a Cuba los aeropuertos de Nueva York, Los Ángeles, y Miami.
¿Qué me dice de Fort Lauderdale?
-Pienso que no tendría mucho sentido, Miami con su aeropuerto internacional es más importante. Lo que si creo es que Tampa tiene mas condiciones para ser un aeropuerto de salida hacia Cuba, porque en Tampa hay alrededor de 200 mil cubanos, y también hay muchos lazos históricos. Lo mismo sucede con Puerto Rico. Ya se están pidiendo los permisos para Tampa, nosotros los estamos pidiendo para Cayo Hueso, y los puertorriqueños lo están pidiendo para Puerto Rico.
-Desde el punto de vista turístico, ¿existen en este momento agentes de viaje mayoristas en Estados Unidos que puedan hacer un programa para ciudadanos que quieran volar a Cuba?
-Los viajes a Cuba están actualmente organizados por agencias licenciadas y reguladas por las autoridades norteamericanas (OFAC), en lo que son los reglamentos que establece el Departamento del Tesoro con relación a los viajes. Las agencias de viajes turísticos tradicionales, no pueden hacer trámites, gestiones, ni vender servicios hacia Cuba.
¿Cree usted que se resolverán en un futuro cercano las diferencias entre el exilio y los cubanos en Cuba?
-Si los cubanos residentes en Estados Unidos se llevaran mejor con los que residen en Cuba, y fueran más solidarios con sus compatriotas, se podrían resolver rápidamente los problemas. Yo admiro y quiero mucho a Fidel Castro, y lo dije públicamente en la prensa de Miami. Les dije que sentía una profunda admiración por la Revolución Cubana y que quiero a Fidel como a mi padre. Fidel Castro es parte importante de la historia, y no podrán arrebatarle su participación en esta. Yo estoy seguro de que dentro de 50 años cuando miren atrás y valoren sus acciones, dirán que sentó un precedente que verdaderamente consolidó la nacionalidad cubana, y buscó una Cuba más justa para todos los cubanos. Dependerá mucho de los cubanos en el exterior y de su visión, la reconciliación con Cuba, aunque sería muy bueno este logro, el tiempo le va a pasar por encima al exilio, y se resolverá de todas formas.
Sin lugar a dudas, siento mucho orgullo de mi origen español, y siento mucho orgullo también, del origen español de Fidel Castro, de su origen gallego. Fidel Castro ha sido uno de los hombres que con sus proyecciones sociales más beneficio le ha proporcionado al hombre de a pie en Cuba.
Los cubanos se llevan bien en Cuba y los de aquí se pasan la vida añorando un golpe de estado, un levantamiento, viven un sueño que tiene que ver con la psicología de los ‘50. En Cuba no existen los dictadores, los militares cubanos no están educados así. En la mentalidad del militar cubano no existe la teoría del golpe de estado, tienen otras proyecciones.
Yo pienso que dentro de las dificultades que está pasando Cuba, algunos cubanos se desesperan y cogen una balsa. No nos podemos hacer ilusiones pensando que si en Cuba hubiera capitalismo sería como el de Miami. No, a nosotros nos tocaría un capitalismo como los de Centroamérica, como el de Nicaragua, Honduras, Guatemala o El Salvador, y no un capitalismo tan benigno como el de Miami, en que se vive tan bien. Aquí los cubanos tienen una sociedad puesta a su disposición por haber sido el paralelo 38 en el enfrentamiento contra la Revolución Cubana.
Uno se puede engañar cuando lee el Miami Herald, y no sabe nada, como cuando uno viaja a Brasil, y ve una sociedad enormemente desarrollada con edificios, multiconstrucciones, y una bella arquitectura, pero junto a eso hay también millones de pobres viviendo en la favelas, y en Estados Unidos hay 50 millones de ciudadanos que no poseen seguro médico.
¿Qué se le puede decir al norteamericano cuando viaje a Cuba? ¿Qué le va a pasar cuando vaya por las calles? ¿Va a ser asaltado?
-Todo lo contrario. En Cuba nunca ha habido una conducta hostil hacia los norteamericanos, partiendo de mi propia experiencia como tal. Yo viví 28 años allí, yo me identificaba como norteamericano y nunca tuve un problema, nunca fui maltratado ni visto con prejuicios porque nunca las contradicciones entre Cuba y Estados Unidos han sido con el pueblo norteamericano, ni con el norteamericano como ser social, eran contra las instituciones que habían tenido una política hostil con Cuba y con otros países de América Latina.
Yo le diría que el norteamericano que vaya a Cuba se va a encontrar un país donde no existe la violencia, ni los robos, ni los asaltos que se dan en cualquier parte de Centroamérica. En Cuba el tipo de delito menor que se puede dar no es significativo en comparación con otros lugares, incluyendo a Estados Unidos.
Cuando un norteamericano llegue a Cuba y pregunte ¿qué pasa si uno se enferma? ¿Quién te cuida si no tienes medicina?
-Actualmente para los viajes de cubano-americanos hay un seguro, independientemente que la mayor parte de los que van a Cuba tienen familiares que los llevan al médico y son atendidos. En Cuba hay un sistema médico de calidad y muy humano. Un cubano va al médico y no le cobran. Si un norteamericano va al médico tiene que tener un seguro médico o pagarlo, pero es a precio muy módico.
En Cuba hay distintas estructuras de atención médica al pueblo, y los turistas tienen centros médicos establecidos para atenderlos en caso necesario. Estos son los hospitales que atienden al turismo y que también atienden a cubanos, dicho sea de paso, no hay una cantidad significativa de norteamericanos que viajen a Cuba, y es ilegal hacer turismo de salud. Si pudieran hacer turismo de salud yo creo que muchos norteamericanos irían a Cuba para recibir atención médica, porque allí hay grandes adelantos médicos y científicos. Ahora, por ejemplo, se registró la patente de un medicamento cubano que evita tener que amputar extremidades en caso de diabetes, esos son logros de la ciencia cubana; de ese mismo país que dicen que no tiene capacidad, que solo tiene pobres.
Yo creo que el tema de la medicina es algo que será una experiencia interesante para los norteamericanos porque aunque tienen un sistema de salud que usted catalogó como bueno, yo le diría que en realidad es solo relativamente bueno. No es porque no sea avanzado, sino porque detrás del sistema de salud norteamericano hay una mafia enorme, que son las compañas de seguros. Estas son las que en realidad no permiten que el ciudadano común norteamericano tenga acceso a la atención médica, porque hay 50 millones de norteamericanos que no tienen acceso a esta. Esto quiere decir que hay cuatro veces la población de Cuba que no se pueden atender si tienen problemas de salud en Estados Unidos, o que no pueden llegar a un hospital porque les piden un seguro medico que no poseen.
Aquí existe este problema, y ahora el presidente Obama está tratando de resolver este tema ya que es un desprestigio que un país, que tiene una ciencia tan avanzada y una medicina de tanta calidad, no permita que todos sus ciudadanos tengan acceso a ella siendo el país más desarrollado del mundo. El más simple y sencillo tratamiento cuesta de 4.000 a 5.000 dólares.
Un tema importante es la seguridad. Cuando un ciudadano norteamericano viaja por la carretera, tiene un celular que le puede servir, tiene un servicio de grúa que le puede ayudar, pero además está algo que es la seguridad de la carretera. ¿No ocurrirán en Cuba asaltos como en otros países de Latino América?
-Yo pienso que el turismo que se está desarrollando en Cuba para los viajeros de Europa, de América del Norte, y Canadá, es un turismo mucho más seguro, más sano, mejor cotizado desde el punto de vista de salud y seguridad. Para el norteamericano va a ser igual. Creo que va a ser sorprendente, creo que en los primeros tiempos el turismo para los norteamericanos más que de recreo, será de descubrimiento, ver, conocer, por ejemplo esa Habana Vieja, Patrimonio de la Humanidad, con su arquitectura antigua y colonial intacta. El turismo va a contribuir a que se puedan hacer más proyectos como este, y con más rapidez. A pesar de que la Habana Vieja ha sufrido la consecuencia de 50 años de política de Estados Unidos hacia Cuba, esa belleza colonial no ha desaparecido, está ahí y quiere que le den brillo. No me cabe duda de que la hermosura de Cuba desde el punto de vista de su arquitectura, su cultura, sus raíces, va a estar ahí para que todo el mundo la disfrute. También estará la historia de la Revolución Cubana como algo que preservó eso a pesar de los huracanes y de las tormentas de la política de Estados Unidos contra Cuba.
Pienso que hay un futuro muy grande para Cuba. El pueblo cubano tiene la gran riqueza que ha logrado la Revolución, que es su educación, su salud, su cultura y su identidad nacional.
¿El turismo tiene futuro para mayoristas dedicados a viajes de familia? ¿Hay programas específicos para la región?
-Nosotros, en este momento, proporcionamos todos los servicios para familias, pero hemos solicitado una licencia al gobierno norteamericano y la hemos titulado Programa Pontis, que quiere decir puente. Sería un puente para el conocimiento, que será muy importante para los norteamericanos e incluye programas sobre la arquitectura, la música, sobre distintos tópicos de un instituto que creamos en Cayo Hueso que se llama Instituto de la Herencia Cayohuesana-Cubana. En conjunto con el Académico Cubano Enrique Sosa, se hicieron 10 ensayos sobre 10 tópicos que se llaman “10 Formas de Llegar a Cuba”. Estos diez ensayos cubren facetas como el deporte, cine, pintura, música, ecología, educación, el tabaco como historia, etc. De ese libro tenemos doce programas preparados para Pontis. Estamos trabajando en esa dirección para facilitarles a los norteamericanos conocer Cuba, no solamente en esta etapa de programas especiales, sino para cuando venga la apertura total, lo que personalmente, no creo que ocurra este año.
¿En los próximos tres?
-Quizás en ese período. Yo creo que el tiempo es importante para que se vayan preparando las condiciones, porque la apertura viene, no cabe duda. Cada día es importante, y nosotros nos estamos preparando en esa dirección. Hemos hecho, por ejemplo, un programa sobre Martí, y su relación con Estados Unidos, conferencias con académicos, lugares históricos desde La Habana hasta Santiago de Cuba, donde está enterrado, para dar a conocer la cultura martiana y su relación con Estados Unidos.
Me gustaría resaltar que el esfuerzo que se ha hecho en Cuba, es un esfuerzo que sigue, continua, y creo que es una tarea que diariamente se desarrolla. La infraestructura de turismo que se ha creado desde el año 1991 hacia acá es impresionante, porque por ejemplo, el turismo en La Habana se centraba en esos hoteles pequeños de Centro Habana y lo que es el Hotel Nacional, el Habana Libre y el Riviera. Ya hoy en día en Cuba hay una hotelería bien desarrollada en comparación con lo que había en aquel entonces, y aun falta por hacer. Las treinta y pico mil habitaciones que hay, creo que se duplicarán en los próximos 10 años, y aun así todavía no darán abasto porque tienen que desarrollarse más, sobre todo la costa norte.
Por ejemplo, la hotelería que se puede hacer en todo el litoral norte de La Habana será maravillosa. Creo que en cuanto Estados Unidos dé una señal de estar dispuesto a mejorar las relaciones y ver las cosas con otra óptica, proporcionará grandes inversiones en Cuba. Considero que el futuro de Cuba es, en ese sentido, muy importante.
¿No sería bueno también hablar sobre el servicio y la hotelería en Cuba?
-El asunto de la hotelería y el servicio ya es otro tema. Ese es un tema donde hay que ir sentando un precedente para crear una tradición y una calidad de servicio. Eso es importante porque eso garantiza la repetición y garantiza el desarrollo. ¿Por qué? Porque la persona va y no solamente repite, sino que da opiniones a otros para que continúe la tradición. Actualmente el servicio al turista está todavía en un proceso de perfeccionamiento. Creo que requiere mas trabajo, pero han hecho un gran esfuerzo y hay lugares donde hay mejor servicio que en otros. No obstante, hay que uniformarlo y desarrollarlo. Pienso que hay que invertir. Se traen personas calificadas para dirigir y administrar conjuntamente con la parte cubana los hoteles. Las firmas Meliá y otras se han dedicado a eso. Hay que traer también representaciones de escuelas de turismo de otros lugares donde hay una buena tradición turística, porque en Cuba hubo ausencia de turismo durante muchos años, y la poca tradición que había de antes de la Revolución hay que recuperarla y superarla. Antes de la Revolución el turismo era muy pequeño en Cuba, porque el turismo mundialmente empezó a tener matices universales a finales de la década del 60, que es cuando se universaliza la comunicación, los viajes, etc.; la aviación no proporcionaba ese rápido servicio de transporte que proporciona hoy, ni siquiera el mar lo proporcionaba.
Creo que es cierto que hay que trabajar duro para perfeccionar la calidad. Como dije, en unos lugares hay más calidad que en otros, pero ese es un trabajo por hacer, es una de las tareas difíciles que enfrentar. Hace falta duplicar las habitaciones, hay que triplicar el esfuerzo para acentuar el profesionalismo. Creo que a la larga lo lograremos porque la multiplicación de este sector, y el crecimiento van a contribuir a lograr la perfección en la atención al cliente. Creo que eso es muy importante y que lo lograran sin dificultad.
Respecto a los cruceros, ¿qué opinión tiene usted respecto a las posibilidades de ese sector en Cuba?
-Es una modalidad que va a estar allí. Hay quien piensa que el crucero puede jugar un papel en el alojamiento y todas esas cosas, pero el crucero lo que trae es un turismo que genera basura en cuanto al uso de los puertos y utiliza muy poco las instalaciones del país. Por otra parte, el crucero ya está paseando por todas las partes del mundo y en el área del Caribe sobre todo. Ya Cuba ha hecho determinados cruceros, y tiene prevista la zona ambiental. En La Habana, por ejemplo, tiene muy buena entrada, pero creo que eso va a dar resultados pequeños en comparación con la industria hotelera.
El transporte es otro elemento importante para el turismo que debe mejorar, porque un problema a la hora de ofertar el servicio puede ser el transporte. Aunque hay carros en Cuba para alquilar, ya no dan abasto; más bien, hay más tiempo que escasean que el que sobran, y con el paso del tiempo hay que renovarlos.
Me gustaría concluir la entrevista con una perspectiva del futuro que le da a una compañía como la suya, o de otras compañías que puedan surgir y que realmente puedan hacer que estos viajes que hemos mencionado de reunificación familiar, puedan servir también de conocimiento o de redescubrimiento del país.
-Yo tengo una de las agencias mayoristas que existen, Caribbean Family and Travel Services y le puse Caribbean porque realmente mi perspectiva es que el tratamiento de Cuba debe ser caribeño, valorando que el turismo del futuro es multidestino, y que la persona que vaya a viajar de Estados Unidos a Cuba pueda ir lo mismo a Santo Domingo, Bahamas, Jamaica, o Puerto Rico, o cualquier otro país del Caribe; y que el norteamericano vaya a disfrutar de varias culturas, varios idiomas y nacionalidades del entorno caribeño.
Va a haber un turismo grande aquí, en el sur de la Florida, con vistas a disfrutar el entorno de la Florida y continuar a Cuba y a otros destinos de Centroamérica y el Caribe. Orlando, Miami, Cayo Hueso y Tampa, van a tener a Cuba como destino. Hay que visitar San Agustín, que es la ciudad más antigua de Estados Unidos fundada por los españoles, y donde se matiza el origen español de la Florida.
Yo veo un buen futuro para Cuba en el turismo, y me parece que va a ser una de las industrias poderosas, pero hay que recordar que Cuba ya tiene un gran futuro científico y cultural, y en varios perfiles más. Por ejemplo, el petróleo también es parte del futuro de ese país. El turismo está perfilado para desarrollarse mucho más. Otro elemento es la agricultura cubana, que va a tener trascendencia en la Florida. Por ejemplo, aquí se consume un tubérculo llamado malanga que se trae de Costa Rica, que no es tan sabrosa, sin embargo, la malanga cubana tiene más calidad, y puede resultar atractiva por su bajo costo de transportación, dada la cercanía geográfica entre Cuba y la Florida.
Pienso que en un futuro no muy lejano, las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos proporcionaran un intercambio comercial entre ambos países que podrá ascender a 30 o 40 mil millones de dólares al año, lo que será sin duda de gran beneficio para ambas naciones, y un verdadero seguro contra la recesión para la Florida. Espero que los cubanos de la Florida tengan la visión suficiente para entender que las buenas relaciones entre nuestros países pueden traer grandes beneficios para ambas partes, Cuba y la Florida.