México y República Checa: nexos culturales e históricos que se renuevan
México y República Checa tienen una relación "romántica", y los hechos lo confirman con restaurantes de comida mexicana, la Virgen de Guadalupe y bustos de personajes históricos, dijo en Praga el embajador mexicano, Pablo Macedo.
"Somos pueblos que nos queremos, no hay una razón de fondo, no es algo racional, sino que es algo que parte del corazón. Uno le habla a los checos de México y saben donde está, que hacemos, la comida mexicana, la música", dijo al respecto.
"No tenemos por qué, pero nos queremos, tenemos afinidades a pesar de las diferencias. En momentos difíciles de nuestra historia nos hemos apoyado mutuamente", añadió.
Lo confirman las numerosas muestras de la presencia de México en Praga: en la capital checa existe el Parque Lázaro Cárdenas, en homenaje al líder mexicano por su actuación en 1938, cuando denunció la arbitrariedad de los Acuerdos de Munich.
En ese parque en Praga hay también un busto de Benito Juárez, que regaló México al país en la década de los años 70. También existe una calle de Benito Juárez en la capital checa.
A su vez, en la Ciudad de México hay presencia de República Checa. Macedo puntualizó que la Avenida Masarik "es emblemática" y fue el presidente Cárdenas quien la designó con el nombre del fundador de la República Checoslovaca y su primer presidente después de la Segunda Guerra, Tomas Masarik.
"Lídice es una presencia importante de la República Checa en México porque en el sur de la capital mexicana está la Colonia San Jerónimo Lídice. Lídice fue un pueblo cerca de Praga que fue completamente masacrado y destruido por los nazis en 1942".
El objetivo de los nazis fue borrar de la Tierra la memoria de Lídice, pero tanto México como otros países decidieron nombrar calles, plazas, monumentos con ese nombre para demostrar que los nazis no habían logrado su objetivo y que Lídice seguirá vivo en la memoria de los pueblos.
La religión es también un punto de encuentro: la Virgen de Guadalupe está presente en dos Iglesias de Praga, en una capilla dedicada a ella, y en una iglesia que es visitada en forma multitudinaria porque es el recinto del así llamado "Niño de Praga", al que se atribuyen numeroso milagros.
Los turistas mexicanos que visitan la capital checa acuden en forma masiva a ese templo, ya que el Niño de Praga es conocido en México. La sorpresa es grande cuando ven que ahí también se honra a la Virgen de Guadalupe, de la que hay un cuadro.
En cuanto a la Literatura, el escritor mexicano más conocido en la República Checa es Carlos Fuentes, y hay intercambio de escritores contemporáneos entre los dos países.
Actualmente se presenta en la embajada de México en Praga la exposición de la pintora mexicana Elizabeth Gartz con imponentes retratos de mujeres en su vida cotidiana y de personas en su intimidad. La pintora mexicana reside desde hace varios años en Estrasburgo, en Francia.
La cocina mexicana cuenta con locales en Praga. En uno de ellos en pleno centro de Praga, está "Las Adelitas", donde sus propietarios contaron que lo que más consumen los checos son principalmente las enchiladas, el ceviche de salmón, tacos al pastor, la cochinita pibil los tacos de carne asada, y por supuesto las Margaritas.
Los sombreros de charro, la muerte con atuendos folclóricos, colores vivos y mucho ambiente son los denominadores comunes de los restaurantes mexicanos en la capital checa.
México y República Checa son dos países que se encuentran en diferentes continentes, tienen diferentes historias culturales.
República Checa, por su ubicación geográfica, tiene como interés primordial lo que ocurre en Europa. México concentra gran parte de su atención en el continente americano.
Pero las relaciones entre ambos se han intensificado especialmente en la última década debido a su dinamismo económico y por las distintas reformas que están llevando a cabo en lo político y en lo económico.
A ello se suma su proceso acelerado de convergencia dentro de la Unión Europea.
El embajador mexicano dijo que tienen peso las ventajas en la relación entre los dos países porque República Checa es una de las economías emergentes europeas que está llamada a convertirse de nuevo en uno de los principales centros industriales de la región.
Consorcios mexicanos como CEMEX y NEMAK tienen importantes inversiones en este país y han probado las ventajas de la asociación en sectores estratégicos y a las que se une un creciente interés de empresas checas en participar en el mercado mexicano.
El diario local Gaceta Económica informó que Fonacces Capital de México compró la tercera parte (32 %) de las acciones de Amrest, empresa de peso en el segmento de la comida rápida, con cientos de locales en República Checa, aunque aún más fuerte en Polonia.
El turismo es también un espacio potencial que tiene muy buenas perspectivas de desarrollarse, dijo el embajador mexicano.
"Tenemos la actual primera generación de República Checa que quiere y puede viajar porque dispone de dinero. El obstáculo para ello es la falta de un vuelo directo entre Praga y Cancún, para lo que se pusieron en marcha negociaciones", afirmó.
Los dos países tienen relaciones diplomáticas desde 1922. Cuando se separaron los checos y los eslovacos en 1993 por medio de un acuerdo mutuo y cada uno estableció su propia República, México reconoció a ambas de inmediato.