República Dominicana: Preocupa a autoridades turísticas que lleguen cada vez menos ballenas a Samaná

07 de Julio de 2010 11:22pm
godking
República Dominicana: Preocupa a autoridades turísticas que lleguen cada vez menos ballenas a Samaná

República Dominicana. La aprobación de un aumento del número de ballenas que pueden ser cazadas por esquimales preocupa a las autoridades turísticas de este país, que temen que la medida provoque una disminución de los ejemplares que vienen a aparearse en sus costas.

Si bien la Comisión Ballenera Internacional se abstuvo de aumentar las cuotas de pesca a Japón y Noruega, permitió el incremento de los ejemplares que pueden pescar los pueblos Inuit, de Groenlandia, aduciendo que en este caso están dedicados a la alimentación, recuerda un despacho de Prensa Latina.

Sin embargo, este último argumento ha sido desmentido por entidades protectoras de la fauna, que aseguran que la mayor parte de los ejemplares atrapados por los esquimales van a supermercados de países donde la carne de los cetáceos es muy apreciada.

La cuestión es sensible para Dominicana, en cuyas costas septentrionales las ballenas se aparean cada año, dando lugar a la afluencia de turistas interesados en observar los cortejos y rituales amorosos de los enormes mamíferos.

Nadie sabe a ciencia cierta la razón, pero lo cierto es que las ballenas jorobadas se trasladan a zonas próximas a la provincia dominicana de Samaná (Norte) para sus titánicos escarceos amorosos, junto a otras especies marinas como delfines y tiburones.

Sólo el año pasado la zona recibió unas 30 mil personas que generaron casi nueve millones de dólares para la industria turística dominicana, muy apreciados en estos momentos de crisis económica mundial.

La cuestión es vital, pues una disminución del número de cetáceos podría afectar la industria turística de Samaná y poner en riesgo la seguridad alimentaria y el bienestar de la comunidad, según Peter Sánchez, administrador del Santuario de Mamíferos Marinos.

El turismo de avistamiento se incrementó en los últimos 24 años, en coincidencia con la moratoria impuesta a los pueblos Inuit, dijo Sánchez al cotidiano Clave Digital.

La preocupación es más que comprensible porque según estudios científicos el 90 por ciento de las ballenas que vienen a aparearse a Dominicana provienen del Atlántico Norte, justo donde operan los pescadores aborígenes.

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