República Dominicana: Experiencia del Caribe inglés arrojaría luz ante auge de impuestos a los vuelos desde Europa

15 de Diciembre de 2010 12:31am
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República Dominicana: Experiencia del Caribe inglés arrojaría luz ante auge de impuestos a los vuelos desde Europa

República Dominicana. Mientras promueve acciones para aumentar el número de visitantes provenientes de Europa, esta nación tendría que examinar lo que han estado haciendo sus vecinos del Caribe inglés para enfrentar el creciente interés del viejo continente en gravar los viajes aéreos a la región, por concepto de emanaciones de carbón causadas por los aviones.

Países como Gran Bretaña y Alemania han establecido impuestos a los pasajeros y, a partir de 2012, Europa incorporará a todas las aerolíneas que vuelan desde ese continente dentro del esquema global regional para la emisión de Licencias de Aviación.

Ello agregará montos considerables al costo de un boleto y tendrá su efecto sobre el precio de las cargas desde la Unión Europea, lo que ha llamado la atención del Caribe inglés, cuyos jefes de Estado y ministros, conscientes de la importancia del turismo para sus ingresos y en medio de la recesión global, han estado “haciendo lobby”, conjuntamente con sus representantes diplomáticos en el viejo continente.        

Las acciones son más visibles en Gran Bretaña, donde la nueva coalición de gobierno ha anunciado que sustituirá su controversial Impuesto a los Pasajeros Aéreos (APD) por un gravamen al avión (PPD), con el objetivo de que las aerolíneas vuelen con sus cupos más completos.

Hasta ahora la mayor preocupación ha sido la naturaleza discriminatoria del APD, con base en la distancia, lo que coloca al Caribe en un rango más alto que todo el territorio de los Estados Unidos.

Ello significa que las tasas adicionales de los boletos hacia destinos en este último país, tan distantes de Londres como Hawai y la Costa Oeste, son mucho más bajas que las del Caribe.

Debido a que el PPD se impone sobre una base por avión, el mismo se aplicará también a los jets privados y aparatos de carga, además de los servicios aéreos nacionales, y afectará el precio de los boletos de los más de 20 millones de pasajeros que pasan anualmente por Gran Bretaña.

Lo que no está muy claro es cómo se calculará el nuevo impuesto o cuándo será introducido. Por ejemplo, ¿tomará como base la distancia de vuelo o incluirá la eficiencia en el uso del combustible y otros factores?

Si el objetivo es lograr que las aerolíneas alcancen mayores volúmenes de carga y, por lo tanto, produzcan menos daño medioambiental, ¿resultaría esto en la reducción de la frecuencia de vuelos en las rutas menos rentables, o en el cambio en la estructura de precios de los boletos?

Tampoco está claro cómo las compañías aéreas van a calcular el monto que le adicionan a los pasajeros y de qué modo este se relacionará con las diferentes clases de viajes u otros criterios.

Es aún incierto si se vinculará el nuevo impuesto británico con el esquema Pan-Europeo para la emisión de licencias de aviación que será introducido en 2012, cuando se prevé que la UE extenderá los requerimientos existentes de forma que todas las aerolíneas que viajen desde y hacia el viejo continente deberán adquirir permisos para la emisión de carbón por encima del nivel permitido.

Los detalles precisos no están claros y podrían sufrir impugnaciones legales de las compañías norteamericanas.

El esquema afectará particularmente a las aerolíneas más grandes, aquellas que tratan de expandir sus servicios, y finalmente tendrá impacto en el precio de los boletos.

Gran Bretaña aún no ha aclarado si esta iniciativa regional incidirá en la sustitución del impuesto APD por el PPD, pero los analistas esperan que el este último genere más del doble de los 2.85 billones de dólares (1.9 billones de libras esterlinas) aportados anualmente por el anterior.

Debido a que el déficit presupuestario británico es gigantesco, existe la probabilidad de que después de 2012 el esquema de la UE se adicione a otros gravámenes y resulte en una mayor carga fiscal sobre el costo de los viajes aéreos.

Durante el pasado año el Caribe inglés ha estado librando enérgicas campañas junto a sus gobiernos, diplomáticos y comunidad residente en Gran Bretaña, para que su voz fuera escuchada.

La República Dominicana podría mostrar sus credenciales en la región jugando un rol más activo en un tema que, con el tiempo, va a afectarla tanto como al resto de la zona.

*David Jessop es el Director del Consejo Caribeño

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