Turismo, Inversión y Desarrollo Sostenible en República Dominicana

27 de Junio de 2008 2:15am
godking

España. Félix Jiménez, secretario de Estado de Turismo de República Dominicana, es escritor y economista; graduado con honores en la Universidad Autónoma de Santo Domingo. En la conferencia presentada ayer en Madrid a medios de prensa y profesionales del sector, ofreció un pormenorizado análisis de los modelos de desarrollo turístico adoptados en su país desde 1971, enfocado principalmente en la situación actual, a partir de la formulación del Plan Estratégico de Desarrollo Turístico y sus resultados.

El desarrollo de la industria turística dominicana -expresó el ponente- se puede analizar en tres etapas, la primera con la promulgación de la Ley 153-71, desde el año 1971 hasta toda la década de los años 80, la segunda a partir de 1991 con la derogación de dicha ley, y la tercera iniciada en 2001, con la promulgación de la Ley 158-01 y que continúa en la actualidad.

“Durante las décadas de los años 80 y 90, el crecimiento fue explosivo y el sector se desarrolló de manera espontánea, sin plan nacional ni servicios públicos de apoyo, lo cual implicó escaso nivel de diversificación de la oferta, predominio del “todo incluido” y acentuada dependencia de turoperadores internacionales.

“Durante los años 80 -prosiguió Jiménez- se puede argumentar que el crecimiento de la oferta fue estimulado por la ley 153. Sin embargo, el crecimiento de la oferta fue mayor después de la derogación de dicha Ley. Esto se explica porque el mismo éxito alcanzado por el modelo “todo incluido” hacía posible una óptima relación calidad/precio y rápido repago de la inversión y la apertura al desarrollo de la Costa Este, conocida como Punta Cana, cuyas playas fueron clasificadas por la UNESCO entre las mejores del mundo.

Cada etapa de las mencionadas ha tenido sus características y fuerzas motoras, -explicó- que sustentaron el desarrollo sostenido de la industria. El rasgo común más importante ha sido que la tasa de crecimiento del PIB turístico (valor agregado del sector hoteles, bares y restaurantes) ha estado siempre, con raras excepciones, muy por encima del crecimiento del Producto Bruto Interno en su conjunto.

A partir de los años 80 -añadió el secretario de turismo- y amparados por la ley de incentivos, comenzaron a ser desarrollados una serie de proyectos hoteleros en la costa norte, sin obedecer a un plan maestro. Los inversores eran principalmente nacionales, pero al mismo tiempo apareció en escena un creciente número de pequeños y medianos inversionistas extranjeros en toda la costa.

La segunda etapa -puntualizó- se inicia en 1992, con la derogación de la Ley 153-71, que curiosamente, había sido ideada en parte para atraer la inversión extranjera, pero no es hasta su derogación cuando entran en escena las grandes cadenas hoteleras europeas, en particular españolas, las cuales pasaron a ser las protagonistas del desarrollo durante esa etapa, agregando al inventario de habitaciones unas 3,400 unidades anuales.

La ley que dio marco legal a esta etapa fue la de Inversión Extranjera 16-95, promulgada en 1995, que da trato nacional a la inversión extranjera directa y permite la libre repatriación de capital y utilidades. Durante esta etapa la fuente de financiamiento fue principalmente la banca internacional, en tanto que las tasas de interés de la banca local no eran competitivas.

Debieron transcurrir casi 30 años -señaló el ministro- para que nos diéramos cuenta de que el concepto de “sostenibilidad” debía ser integrado al modelo de desarrollo. Al final de esta etapa, SECTUR comisionó a una empresa española (SOPDE, S.A.), la formulación de un plan de desarrollo con horizonte de 10 años, que fue bautizado como “Plan Estratégico de Desarrollo Turístico de la República Dominicana” (PEDTURD). Este plan integró el concepto de sostenibilidad al nuevo modelo de desarrollo propuesto.

La ley General d64-00 de Medioambiente y Recursos Naturales integró el concepto de “sostenibilidad en el año 2000 a la legislación dominicana, pero una cosa es integrar un concepto a la legislación y otra, incorporarlo a las políticas públicas -puntualizó-. En el año 2004 el partido de la Liberación Dominicana integró dicho concepto en su programa de gobierno y no fue sino con su llegada al poder en ese año, cuando el estado lo incorporó en las políticas públicas de desarrollo turístico.

El Nuevo Modelo.

A partir de ese año, la Secretaría de Estado de Turismo se planteó como objetivo general poner en movimiento un proceso de excelencia en el desempeño de la industria del turismo y promover el desarrollo sostenible, en lo económico, social y ambiental -manifestó el ministro- y a tales fines se elaboró, con plena participación del sector privado, hoteleros y promotores inmobiliarios, el Plan Nacional de Competitividad Turística 2007.

Este se sustentó sobre seis pilares, a saber: Desarrollo de infraestructuras y ordenamiento territorial, formación de recursos humanos, promoción, salubridad, seguridad pública, e integración de la comunidad.

En ese tenor -prosiguió- se creó en el 2005 el Comité Ejecutor de Infraestructura en Zonas Turísticas (CEIZTUR), el cual ha ejecutado obras por US $89 millones, en adición a las inversiones en zonas turísticas de las demás dependencias del estado. Este comité será sustituido por el Instituto Nacional de Desarrollo Turístico (INDETUR), cuya creación por ley cursa actualmente en el Congreso de la República.

Dentro de sus funciones -explicó el ministro- están la planificación y regulación del territorio turístico, la normativa de proyectos, el desarrollo y mantenimiento de infraestructuras, entre otras.

Para la formación de recursos humanos, el Ejecutivo sometió al Congreso nacional una modificación de la Ley Orgánica del Instituto nacional de Formación Técnico-Profesional (INFOTEP), para que el Secretario de Estado de Turismo sea incluido en el Consejo de Dirección y que dos tercios de la aportación económica del sector turístico sea dedicado a la formación de los recursos humanos, incluyendo los trabajadores relacionados indirectamente al sector turístico.

Así mismo -agregó Félix Jiménez- será sometido al Congreso Nacional la creación del Instituto de Promoción e Imagen Turística (INPRITUR), el cual tendrá como objeto la promoción de la oferta turística y cultural dominicana, así como el desarrollo de la marca país tanto en el territorio nacional como en el extranjero.

Desde el año 2005 se creó el Comité de salud y Turismo, que preside la Secretaría de Estado de Salud Pública, cuyo objetivo es monitorear la salubridad y controlar las enfermedades infecto-contagiosas en zonas turísticas. Para garantizar la seguridad pública en dichas zonas, hace años que el país cuenta con POLITUR, la cual ha servido de ejemplo a otros países de la región.

En cuanto a la integración comunitaria, está en proceso de formulación un Plan Estratégico Nacional para el Desarrollo del Ecoturismo, en el que la integración de las comunidades es uno de los componentes fundamentales. En esta tarea se cuenta con la colaboración de la Secretaría de Estado de Medio Ambiente y Recursos naturales y la Agencia Japonesa de Cooperación.

Las líneas estratégicas adoptadas por la SECTUR -puntualizó el Ministro, son: Crecimiento de las llegadas, mejora de los entornos y destinos, mejora de la calidad de productos, servicios y fuerza laboral, sostenibilidad económica, social y ambiental y crecimiento y diversificación de la oferta turística.

En cuanto a la inversión -agregó- debo reconocer que los registros estadísticos son débiles. Desde que se promulgó la Ley de Inversión Extranjera, el registro de estas en el Banco Central dejó de ser obligatorio, lo cual ha dificultado la recolección de estadísticas. No obstante, el Banco Central ha publicado que el flujo de la inversión extranjera dircta en turismo desde 1993 hasta el 2007, totaliza 2706.8 millones de dólares

Según su origen -observó- liderea las inversiones Estados Unidos, seguido de España, Canadá Gran Caimán, Inglaterra, Chile, Suiza, Holanda, Italia y Francia.

Sobre la base del número de habitaciones hoteleras construidas desde 1991, aplicándoles el costo promedio de construcción para cada año, tenemos una cifra que parece estar mucho más cerca de la realidad: 46, 129 habitaciones construidas con una inversión de 3,152 millones de dólares.

La evolución del costo promedio de construcción hotelera se debe no sólo a la inflación, sino también a la evolución en el tipo de construcción y la calidad de las nuevas instalaciones. Hay que destacar que no se incluye la inversión en proyectos residenciales, asociados o no a marinas y campos de golf, que sólo en los últimos tres años ha superado, según estimados, los 1,500 millones de dólares.

De cualquier manera -concluyó el ministro- como se puede apreciar por las cifras, el turismo es el sector que ha captado la mayor cantidad de inversión extranjera directa y España cuenta con la participación más alta.

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